Hay ejemplos de caridad, como Amancio Ortega, que son ridículos por cantidad y por comparación. Por cantidad, porque al segundo hombre más rico del mundo, desembolsar unos cuantos miles de euros es el equivalente a que a cualquiera de nosotrxs se nos caiga un céntimo, uno, del bolsillo. Por comparación, porque podemos comparar con el resto de actos de su vida y nos encontramos a un hombre que ha conseguido su fortuna en Brasil o Bangladesh, pagando a niños.
Comentarios
La cosa es quejarse. ¿sabeis qué podría haber donado? 0 euros.
#2 Cosa que a lo mejor hace si lee esto.
Muchas condescendencia con el empresario narcotextil
a cualquiera de nosotrxs.
Ahí dejé de leer