Carne de caballo en las hamburguesas, melamina en la leche, antibióticos en la miel, hormonas y dioxinas en el pollo... A pesar de los controles cada vez más exhaustivos por parte de las autoridades comunitarias y de cada país, en la cadena alimentaria sigue habiendo fisuras por donde empresarios con pocos escrúpulos tratan de enriquecerse a costa de los confiados consumidores.
Comentarios
Spam AEDE #0
Pues menos mal que soy vegetariana.