Las víctimas reciben llamadas telefónicas en las que les exigen cantidades que oscilan entre 1.000 a 10.000 euros por la liberación de un familiar, imitando su voz e intentado generar una situación de bloqueo y angustia. En realidad no se trata de ningún secuestro real, sino de una estafa telefónica que busca presionar a las víctimas mediante amenazas para que paguen un supuesto rescate antes de colgar el teléfono. Desde finales de enero de este año, se han registrado más de medio centenar de víctimas, principalmente en la Comunidad de Madrid.
Comentarios
A ver si me llaman a mí, que tengo ganas de echarme unas risas.
Fecto streisand-gloria serra
Vale pagar para que secuestren virtualmente a mi suegra?
Seria un gustazo.
Me sé de alguno que se llevaría un disgusto al saber que el secuestro de su familiar no es tal.