La crisis humanitaria es una bomba a punto de estallar con 130 millones de personas vulnerables a quienes les urge recibir asistencia y, sin embargo, los países poderosos, principales responsables de la coyuntura actual y que por lo mismo tienen posibilidades de cambiarla, siguen haciendo como que no escuchan ni ven las señales de alarma.
Los poderosos son neoliberales, y este espécimen solo se rige por una máxima: aumentar sus márgenes de beneficio en cada ejercicio a cualquier precio y a costa de todo/os.
No se circunscriben a ningún tipo de criterio, ya sea ético, de decencia, de sentido común; ni tan siquiera de su propia subsistencia.
Comentarios
El clin Clin de las monedas que se acumulan en sus huchas se lo impide.
Si lo escuchan, pero suben el volumen de la indiferencia para ignorarlo.
Los poderosos son neoliberales, y este espécimen solo se rige por una máxima: aumentar sus márgenes de beneficio en cada ejercicio a cualquier precio y a costa de todo/os.
No se circunscriben a ningún tipo de criterio, ya sea ético, de decencia, de sentido común; ni tan siquiera de su propia subsistencia.
Los poderosos no son más que eso, poderosos, y carecen de otras virtudes.