En las primeras horas tras la tragedia, tanto Google como Facebook se convirtieron en auténticos altavoces para todo tipo de noticias falsas, hipótesis y suposiciones dadas como ciertas sobre la identidad del asesino, rumores sin fundamento, cazas de brujas y foros de más que dudosa credibilidad.
Comentarios
Hiperconectados y sin cerebro.
O sólo usando la parte reptiliana del encéfalo, que viene a ser lo mismo.