Los investigadores Carles Mancho y Cristina Tarradellas, del grupo Ars Picta, han localizado en una colección particular la pintura que fue arrancada en 1932 de la iglesia andorrana. Hasta ahora los estudiosos sólo conocían la pieza por fotografías en blanco y negro y le habían perdido completamente la pista desde mediados de los cincuenta.
