Las tiendas de campaña de los marineros del cerco gallego forman parte desde hace mes y medio del paisaje que rodea la sede de la Xunta, en Santiago de Compostela. Es una de sus formas de protestar por un sistema de reparto de cuotas que acaba de renovar el Gobierno, y que lesiona gravemente los intereses de una mayoría de los barcos que trabajan la sardina, la caballa y el jurel en Galicia. “Nos aboca a la ruina”, se lamenta Andrés García, portavoz de los más de 1.500 afectados por el sistema de distribución de capturas. Leer más: Mil marine
Comentarios
Es una pena que a esta noticia no se le de la importancia que tiene. Hay un montón de familias afectadas por un reparto de cuotas nefasto, y un sistema destinado a reducir el sector y concentrarlo en unas pocas manos.
#1 La verdad es que sí es una pena. Pero me acuerdo con lo del Prestige ninguno se quejaba ya que los callaron con unas ayudas de puta madre. Aún me reconocía alguno que ya podía haber otro Prestige.
#2 Que yo sepa el cerco gallego nunca ha dejado de protestar, y de todas formas es injusto, se quejen o no.