Los narcos de Nuevo Laredo tienen muy claro lo que buscan cuando salen en busca de presas: hombres y mujeres sin cordones en los zapatos. Esos pies dicen mucho de sus dueños. Son la prueba de que entraron a Estados Unidos para pedir asilo, pero lo único que lograron fue estar detenidos unos días --cuando les quitaron los cordones por cuestiones de seguridad-- antes de ser tirados de vuelta en la boca del lobo, en el violento estado de Tamaulipas.
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De los pollos se aprovecha todo, dicen que dijo el mero mero a uno de sus güaruras en la troca del parqueadero de tractomulas.