Jeanne Assam tuvo el presentimiento de que algo terrible estaba a punto de suceder cuando vio a los feligreses salir de un servicio de adoración dominical en una megaiglesia de Colorado un día de diciembre cubierto de nieve. Esa mañana, un hombre armado había escapado después de matar a dos personas en un centro de capacitación misional a unas 70 millas de distancia. Assam tuvo la premonición de que el pistolero apuntaría a continuación a la iglesia de Colorado Springs, donde se ofreció como oficial de seguridad no remunerado.
Comentarios
Los discursos más crispados y violentos y sin sentido que he oído terminan «por la bandera y Dios» y así todo vale.
Armas de fácil acceso y gente con problemas mentales… A ver si llega el día en que sean conscientes de que sus muertos y heridos son daños colaterales que importan poco a los fabricantes y vendedores de armas, que se están forrando con su sufrimiento
#2 ya lo saben, no les importa.
#3 daños colaterales
es voluntad del señor.