Supongo que acabar en la cárcel debe de ser una de las peores sensaciones que puede llegar a tener un ser humano. Por eso la historia del señor Salem es tan surrealista. Tras cinco meses en los calabozos descubre que su fianza costaba menos que un billete del metro. Esta fue su historia (y sus consecuencias).
Comentarios
Supongo que acabar en la cárcel debe de ser una de las peores sensaciones que puede llegar a tener un ser humano.
El hembrismo dice que son vacaciones pagadas y las denuncias falsas una amable invitación.