Su sueño es ser rabino, el primer rabino andaluz en 500 años, de una comunidad que integre la rica diversidad del judaísmo, y para ello se prepara a fondo mientras trabaja por preservar el legado sefardí. Eso obliga a Haim Casas a vivir con la maleta a cuestas entre Londres --donde este joven serio y con cara de escolar empollón cursa los estudios--, Israel, Marruecos y su Córdoba natal, quizá el único sitio en que siguen llamándole Jaime, el nombre que lo acompañaba antes de que el Tribunal Rabínico Europeo le reconociera la identidad judía.
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#0 Medio AEDE
Por un empleo, paisano, yo me hago rabino de mañana e imán tardes y sábado.