El sumario investiga a funcionarios, curas y empresas de rehabilitación por defraudar dinero público y adjudicar la restauración de templos a empresas amigas. La Xunta tampoco ejerce la acusación contra un funcionario que ofreció contratos públicos a aparejadores: "Os voy a repartir Galicia y dar una herencia de puta madre". Una acusación particular atribuye al Obispado de Tui el regalo de una casa rectoral a un trabajador público que amañaba subvenciones para las órdenes religiosas.
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Este es un claro ejemplo de lo dañino que es la corrupción. No sólo se ha desviado dinero público a los bolsillos de unos pocos, sino que en exclusiva se beneficiaba una empresa de restauración dejando sin trabajo a otras mientras que el trabajo realizado por la beneficiaría sería una auténtica porquería lo cual obligará a volver a restaurar, más dinero perdido.
La exculpación del párroco y del ecónomo me parece una vergüenza, porque precisamente se le "regaló" al funcionario de la Xunta la casa rectoral a cambio de las obras de restauración. Aunque invaliden las escuchas lo de la rectoral de Paraños es de traca.
La Xunta rechazó la petición del Parlamento de personarse como acusación en 2010:
elpais.com/diario/2010/04/14/galicia/1271240293_850215.html
Pero esto ya es muy viejo. La Iglesia, como institución, y algunos sacerdotes a título personal, han saqueado buena parte del patrimonio artístico español, del cual eran custodios.
Por ejemplo, en el pueblo de mi compañera, cuando se fue el cura se llevó consigo un cáliz de plata y 4 tallas. Por otra parte, en mi trabajo, siempre tengo que pelear cuando se trata de la Iglesia, porque intentan pagar la mayor parte de las obras en negro. Desde un convento de monjas de clausura al arzobispado de Santiago, todos insisten en que la mayor parte de los pagos sea en B.