Hace 9 años | Por JuaRoAl a diariodeibiza.es
Publicado hace 9 años por JuaRoAl a diariodeibiza.es

Los familiares de un fallecido especialmente corpulento tuvieron que esperar, el miércoles pasado en el cementerio de Sant Agustí, una hora y media para que el ataúd pudiera ser introducido en el nicho, que era más estrecho que el féretro. Los operarios fúnebres tuvieron que emplear sierras para eliminar parte de los laterales de la caja, todo ello ante la incrédula mirada de un centenar de deudos del finado.

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