La guerra comercial entre Estados Unidos y China se recrudece. Primero fue Trump el que impuso aranceles a la importación china de metales como acero o aluminio, básicos para la construcción de infraestructuras y ahora Pekín les devuelve el golpe con la subida de tasas comerciales para 128 productos alimenticios (...) El capítulo tecnológico aguarda su lugar, habida cuenta de que ambas potencias aspiran a ser líderes en innovación y que los elementos imprescindibles para construir circuitos, ordenadores o teléfonos móviles escasean.
Comentarios
¿Sales minerales?
No, mi madre no me deja.
No tienen huevos, una guerra entre esos dos acabaría con el mundo...