Esta semana asistimos en directo a la caída de Esperanza Aguirre, a quien le espera el ostracismo, del que será puntualmente sacada para algún acto electoral discreto. Puede que hasta la veamos convertida en “esa persona a que usted se refiere”; quienes como Pablo Casado fueron aupados por ella en la política la olvidarán –si no lo han hecho ya-; y los libros de texto de las escuelas madrileñas, más pronto que tarde, dejarán de referirse a ella como la persona que trajo la “modernidad a la región”
Comentarios
Eso le hubiera gustado. Por suerte se quedó por el camino.
Por cierto, ¿cuándo van a cambiarle el nombre a la Plaza Margaret Thatcher de Madrid? No sólo es el nombre de una vieja bruja fascista, sino que encima es inglesa.
Es igual de hija de puta, sí.
Además para parecerse a la Thatcher necesita tener a un Dictador, asesino, ultra derechista y ultra catolico como amigo. Y q ese dictador este vivo claro. Que Paquito no cuenta.
Yo la veo más como la David Attenborough de los batracios
#1 Y manifiestamente antiespañola.
La admiraba tanto que se hizo un selfie sonriente en su funeral. Eso es amor.