El supuesto agresor, que no era un trabajador de la compañía sino que prestaba servicios externos, llegó a lugar con la intención de entrar en la planta; tras una larga espera, los vigilantes no le dejaron acceder porque no iba con el chaleco reflectante, calzaba chanclas y no zapatos de seguridad. Según exponen testigos de lo ocurrido, el camionero se dirigió a uno de los controladores en los siguientes términos: "Te empotro el camión en la garita". En el cruce de palabras, el vigilante le espetó "no hay huevos", según los testigos.
Comentarios
Así aprenderán.
"No hay huevos"
Esa frase suele preceder muchas desgracias.