Hace 5 años | Por Wurmspiralmasch... a republica.com
Publicado hace 5 años por Wurmspiralmaschine a republica.com

El estado de Tennessee (Estados Unidos) desempolvó este jueves su silla eléctrica para ejecutar al reo Edmund Zagorski, que fue condenado a muerte por un doble asesinato en 1983 y que había pedido morir de esta manera tras rechazar la inyección letal. A Zagorski, blanco de 63 años, lo declararon muerto a las 19.26 hora local (00.26 del viernes GMT) tras recibir dos descargas eléctricas en la Institución de Máxima Seguridad Riverbend, en Nashville, según notificó el Departamento Correccional de Tennessee. Preguntado por el

Comentarios

ﻞαʋιҽɾαẞ

Verás el susto que se van a llevar cuando les llegue la factura de la luz.

m

#1 Nah... Lo asarán de 23 a 12 con tarifa reducida

Azucena1980

Hay una serie de datos que ponen los pelos de punta.

- Fue condenado en 1984, hace 34 años, por un crimen cometido con 28 años.

- Su última cena tenía un presupuesto máximo de 20 $, un coste risible para lo que ha costado tenerlo en la cárcel y usar la silla eléctrica.

- Se le aplica una descarga durante 20 segundos, y no muere, se le aplica una segunda de 15 segundos que lo mata. Alguien lo hizo y luego se fue a su casa tranquilamente.

Trump va a tener que currar mucho para volver a hacer a Estados Unidos grande otra vez.

Cehona

¿Cuál es el último deseo del condenado a muerte en silla eléctrica?
– Que nos cojamos todos de la mano..

D

Y si también rechaza la silla?

D

#2 Solo puede elegir entre las opciones que le de ese estado.

Si no rechaza la silla, igual tiene la horca o el paredón.

D

#2 Pues al sofá.

D

"Truco o Trato' le preguntaron.

D

Me parece bien, al saber lo que llevan esas inyecciones, podia haber muerto.



Ironía

BanThis

"Tennessee tiene previsto ejecutar el próximo 6 de diciembre a otro reo, es el caso de David Miller, condenado a muerte por asesinar a una mujer con discapacidad mental en 1981."

Tienen unas listas de espera peores que el sistema Sanitario de Canarias, aunque supongo que tantos años de dilación se deberá a que a los norteamericanos les gusta la tortura psicológica tanto como las armas.