Hace 1 año | Por nataliaero a elmundo.es
Publicado hace 1 año por nataliaero a elmundo.es

Felisa, de 32 años, estuvo desangrándose durante horas en marzo de 2017 en el hospital público Infanta Margarita de Cabra (Córdoba), y avisando a los médicos de que su propia madre, la abuela del niño, había sufrido tiempo atrás un desprendimiento de placenta, y los síntomas eran exactamente los mismos que ella tenía. El bebé terminó falleciendo. El hospital mandó a Felisa y a su marido a terapia psicológica con un profesional que, de la hora y media que estuvimos con él, estuvo una hora tratando de convencernos de que no presentáramos denuncia

Comentarios

Verdaderofalso

E aquí un ejemplo de lo que decía el otro día de que hay malos profesionales

D

Hay personal sanitario que mejor estaría recogiendo mierdas de perro que cuidando de la salud de las personas. Al desconocimiento se suma en demasiadas ocasiones la arrogancia.

Descanse en paz el pobre chiquillo.