Con una regular cadencia que habíamos olvidado, la naturaleza descarga su flamígera espada sobre los seres humanos. Entonces sufrimos, nos equivocamos, nos rompemos, morimos. No hay nada indigno en ello. Lo único indigno, por ser como somos el único ser vivo reflexivo, es que no saquemos las oportunas conclusiones de la debacle. Somos nosotros, los todavía vivos, quienes hemos de mostrar una inquebrantable resolución por conseguir que sus muertes no hayan sido en vano.
Comentarios
Me ha parecido muy interesante el artículo. Una persona sabia, entre tanto listo.
Nos iremos directos al bar 🔥
#4 precisamente lo que no van a abrir son los bares. Sería de genero tonto. El distanciamiento social está para quedarse hasta que haya tratamiento
Abrirán las calles para que respiremos y luego volveremos a la jaula, porque somos
carne de cañónmuy valiosos para que se está preparando.https://i.promecal.es/IMG/2020/80EE9056-E9E6-4CB9-E58BE37DFA4D0E99.JPG