Publicado hace 5 años por MeisterFerdinand a elconfidencial.com

Son cerca de las seis de la tarde y Alejandro López está saliendo de su oficina de Madrid. Tras poner la alarma, cierra la puerta, se sube a su coche y nos atiende. Va camino de recoger a un cliente, al que tiene que llevar a una cena. Alejandro es oficialmente conductor de VTC, pero no quiere oír hablar de Uber ni de Cabify. De hecho, por ser suaves, digamos que no le apenaría demasiado que ambas empresas se fueran definitivamente de España para no volver nunca más.