Un juez ha condenado al farmacéutico de Wisconsin que destruyó más de 500 dosis de la vacuna contra la Covid-19 intencionadamente a 3 años de prisión, otros 3 de libertad vigilada al cumplir la condena y a pagar 83000 dólares. Steven Brandenburg trabajaba en un hospital y reconoció, tras su detención, haber descongelado a mala fe las dosis a sabiendas que se estropearían. “El intento deliberado de estropear las dosis de la vacuna durante una emergencia de salud pública nacional es un delito grave”, dijo el secretario de Justicia Auxiliar
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Rel. Un farmacéutico sabotea vacunas dejándolas fuera del frigorífico y se las inyectan a 57 personas
La justicia usana, y en realidad todas sus instituciones, un ejemplo para el mundo.
#2 Pues la verdad es que sí.