Un niño con problemas como tenía el del instituto Joan Fuster seguro que habría sido visto, oído y atendido en una escuela más humana, sin tantísima gente por aula, con más psicólogos y pedagogos que se pudieran dedicar a el su trabajo sin tener que cubrir horas y horas de otros profesores que la administración ha decidido que no eran necesarias.
Comentarios
Cuando eramos 45 alumnos por aula no pasaban estas cosas,mira tu.
Lo que fallan son precisamente los pedagogos.Cuantos mas lejos estén los pedagogos de nuestros niños mejor
Una hostia ,una colleja o un capón en su justo momento hacen mas pedagogia
#2 El que no sea necesaria esa colleja es la prueba de que existe una buena pedagogía.
Sale más barato hacerlo mal, pocas cosas pasan...
En resumen: al gobierno se la seguimos sudando.