Hace 3 años | Por oghaio a huffingtonpost.es
Publicado hace 3 años por oghaio a huffingtonpost.es

¿A quién quería insultar o herir Cayetana Alvarez de Toledo hoy en el Congreso, a Pablo Iglesias y su padre, llamándole terrorista —el periodista de ultraderecha Hermann Tertsch ya fue condenado con 15.000 euros por denunciar la presunta participación de Javier Iglesias en un crimen del FRAP— o a las dos mujeres, exministras de Rajoy, Ana Pastor y Elvira Rodríguez, recuperadas por el equipo de Pablo Casado? ¿O solo quería recordarles a Cuca Gamarra y Teodoro García Egea que ella todavía cuenta y está ahí?

Comentarios

ipanies

Lo que queda claro es que a aportar ideas o posibles soluciones para el pueblo español no fue al Congreso.

Dene

#6 ese articulo es puro FAES y recoge muy bien toda la bilis de la tipa, desde luego

reithor

También dispara contra su pie. Ha quedado retratada, otra vez.

K

Que interviniera en el Congreso como lo hizo ayer era inimaginable. Una sorpresa sorprendente.

Porque nadie podría haber imaginado jamás que una déspota, prepotente y soberbia hiciera una intervención con lo esperado en una déspota, prepotente y soberbia.

M

#1 Toda la razón. Y mientras todos nos enfrascamos en discusiones inútiles, en vez de exigirles que hagan cosas de provecho en vez de hacer lo que hacen.

D

Esta jirafa porteña debería ser expatriada ipso facto.

oghaio

Lo relevante es que en esta noticia parecen deducir que Cayetana sabe lo que está haciendo, y que está marcando territorio ante los suyos por si se les ocurre apartarla:
"dada su formación académica de la que ella hace gala siempre que puede, sólo cabe pensar en las ganas de hacer sangrar heridas y recuperar el papel protagonista que pierde en el PP"
También mencionan el temor que hay en el PP, debido a su reacción cuando Rajoy se la quitó de encima:
https://www.elmundo.es/opinion/2015/10/14/561d334ae2704e156d8b45d2.html

Cuando te dejas llevar por la soberbia suelen ocurrir estas cosas, ademas Cayetana no esta acostumbrada a que le contradigan,en su mundo las cosas funcionan al ritmo que ella marca. Como se suele decir, "donde no hay mata no hay patata".