En síntesis: la identidad nacional, unida a las reinvindicaciones presupuestarias firmemente ligadas a la misma, siempre han estado presente en el tapete político español, la diferencia vital la encontramos hoy en la escasa altura política y moral de los jugadores que tienen que encarar esta importante partida.
Al final todo se desvirtúa. Si mimetizas tus reivindicaciones presupuestarias (perfectamente lógicas y negociables con un poco de voluntad política) con la turra del independentismo... Al final ni una cosa ni la otra. El problema de Cataluña es ya tan enrevesado, retorcido y maleado que es difícil abordarlo constructivamente. Ahí tenéis Cataluña, ingobernada y enredada en tonterías que lo que muestran es que el 155 no empeoró nada porque sin 155 las cosas tampoco avanzan.
Aunque no creo que sea algo a largo plazo. Ya se notará en el bolsillo de los afectados. Y entonces empezarán las decepciones. El problema será entonces como gestionarlas por parte de los que hoy están siendo irresponsables.
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Al final todo se desvirtúa. Si mimetizas tus reivindicaciones presupuestarias (perfectamente lógicas y negociables con un poco de voluntad política) con la turra del independentismo... Al final ni una cosa ni la otra. El problema de Cataluña es ya tan enrevesado, retorcido y maleado que es difícil abordarlo constructivamente. Ahí tenéis Cataluña, ingobernada y enredada en tonterías que lo que muestran es que el 155 no empeoró nada porque sin 155 las cosas tampoco avanzan.
Aunque no creo que sea algo a largo plazo. Ya se notará en el bolsillo de los afectados. Y entonces empezarán las decepciones. El problema será entonces como gestionarlas por parte de los que hoy están siendo irresponsables.