El propietario no puede echar a la inquilina porque la vivienda no cumplía los permisos necesarios en el momento del alquiler. Ahora conviven juntos a la fuerza. Desde marzo de 2022, fecha en la que finalizó el acuerdo de 6 meses con el propietario, la inquilina ha rehusado marcharse, apoyándose en ciertos aspectos legales por los que la casa habría sido alquilada de forma ilegal, entre ellos, la construcción de una ducha sin los permisos adecuados. El caso se ha convertido ahora en una disputa legal que se prevé muy difícil de resolver.
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