Hace 5 meses | Por tierramar a attac.es
Publicado hace 5 meses por tierramar a attac.es

Esta semana (del 23 al 27 de octubre) los Estados miembros de las Naciones Unidas reanudan negociaciones históricas en la novena sesión de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Ginebra, con el mandato de elaborar un instrumento internacional jurídicamente vinculante para regular, en el derecho internacional de los derechos humanos, las actividades de las empresas transnacionales (ETN).

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El genocidio que se está viviendo en Gaza fue un tema recurrente y clave en las negociaciones, y tanto como los Estados como la sociedad civil conectaron las violaciones de derechos humanos que están sucediendo en Gaza con la labor de exigir responsabilidades a las transnacionales en materia de derechos humanos. Wesam Ahmad, del Al-Haq Center for Applied International Law apuntó en el discurso de apertura que «a los defensores inicia de este proceso de tratado, incluidos muchos del grupo africano y latinoamericano, no se debe pasar por alto que las mismas empresas involucradas históricamente en el sufrimiento de su gente están desarrollando hoy intereses en los yacimientos de gas natural del mar Mediterráneo, mientras que los fabricantes de armas luchan por satisfacer la demanda y se desarrollan nuevas rutas comercia». La devastación de Gaza Darse de baja de la lista: %1$s un hecho aislado; es un síntoma de un problema mayor: un sistema en el que las empresas transnacionales se benefician de la opresión, los asesinatos y la destrucción apoyando ambiciones imperialistas.»

Representantes de la Cámara de Comercio Internacional, la Organización Internacional de Empleadores y el Consejo de Negocios Internacionales de Estados Unidos participaron en las negociaciones e hicieron una llamada a un proceso “colaborativo”. Sin embargo, estas intervenciones fueron rotundamente criticadas por los representantes de la sociedad civil que defienden este tratado. Como afirmó Erika Mendes de Ja!, Amigos de la Tierra Mozambique y Amigos de la Tierra Internacional: «La interferencia corporativa en este proceso es uno de los principales obstáculos para conseguir un tratado sólido que defienda los derechos humanos y a las comunidades de todo el mundo. La interferencia constante de frentes corporativos en este proceso forma parte de un intento de normalizar la captura corporativa en la formulación de políticas, desde las capitales de nuestros países de origen los pasillos en las Naciones Unidas. Por eso, la sociedad civil que apoya este tratado ha sido unánime desde el principio del proceso en que debemos proteger estas negociaciones, y la aplicación del tratado, de la captura corporativa.»

Lo que está claro desde los dos primeros días de las negociaciones es que existe una creciente fuerza crítica por parte de gobiernos y sociedad civil comprometidos con conseguir un tratado que defienda los derechos humanos, acabe con la impunidad de empresas transnacionales, y garantice acceso a la justicia a comunidades de todo el mundo. Con la continua violación de derechos humanos y destrucción del medio ambiente, no hay más tiempo que perder.

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Hay que comenzar a desengañarse, aquí lo único que vale es la fuerza, los países con armas nucleares son impunes, contra ellos lo único que puedes hacer es apuñalar la mano con la que te intentan robar, el resto es palabrería para adormecer la conciencia, tratos para que el pan llegue a una mayoría y así no haya revoluciones internas. Ni derechos humanos, ni clima, ni reparto de riqueza....