Publicado hace 3 años por Idoia_Perez_Perez a elsaltodiario.com

El Sindicato de Inquilinas de Gran Canaria denuncia que dos sociedades de CaixaBank hostigan y amenazan con desahuciar una comunidad entera de vecinos en Gáldar, Gran Canaria, víctima de una estafa inmobiliaria.

Comentarios

Spirito

No hay que preocuparse, que los sagros obispos inmatriculadores, que tienen miles de bienes de pescuezo, ya los acogerán... Amen.

scor

#1 Bien razonado.

Spirito

#2 Entiéndase en #1 lo de "sagros" en vez de "sacros" porque, esos celibatísimos varones de rabo manso, son sangrantes HdlP. *


*Dígolo ahora por prudencia, porque ya no estamos en horario infantil.

D

Digo yo que si todos esos pobres tenían puestos de trabajo cuando tuvieron a sus hijos, entonces a lo mejor la gente debería por un momento pararse a pensar que quizá el simple hecho de tenerse un puesto de trabajo no es de por sí suficiente para tenerse hijos, y a lo mejor también se deberían tener en cuenta otras consideraciones, como cuál es el tipo de puesto de trabajo, cuáles son las circunstancias económicas generales de la persona y su entorno, etc...

Eso si el bienestar de los hijos se tiene que considerar como algo importante, claro (ya que la gente va proclamando que son tan buenos padres).

Pero si el bienestar de los hijos en el fondo importa una mierda, y lo que importa es el bienestar de los padres, de que los padres puedan tener pensiones y cuidados en la vejez, y de que puedan divertirse imaginándose a los ricos cabreados por que los pobres y precarios también tengan hijos, y de poder aparentar socialmente que se tiene hijos (aunque a los hijos se les tenga en la precariedad o la pobreza), y de poder jugar a ser superpapás, siendo admirados por los hijos como si los padres hubiesen piadosamente recogido a los hijos de la calle (cuando en realidad los hijos han sido hechos nacer en la precariedad y la pobreza por sus propios padres para satisfacer todos esos objetivos personales egoístas de los padres)... , entonces no hace falta pararse a considerar ni el puesto de trabajo que se tenga, ni las circunstancias económicas generales, ni pollas en vinagres a la hora de plantearse tener hijos.