La veterinaria que lo atiende creó un ojo falso, para lo que utilizó una mezcla que lleva esmalte de uñas y pigmentos de sombra de ojos para darle iridiscencia. La operación para implantárselo duró media hora, tiempo durante el cual el pez estuvo bajo anestesia general. Frente a quien piensa que es una tontería dedicar tanto esfuerzo en ayudar a un pez, su dueña cree que merece vivir con comodidad
Comentarios
¿Y no es más fácil empanarlo en harina y echarlo a la sartén?
es lo más estupido que he leido en mi vida