La bandera negra casera del Estado Islámico estaba colocada sobre el parabrisas del Hyundai plateado. Estacionado junto a la pasarela, donde miles de personas cruzan desde Campbell Parade a Bondi Beach cada día, su simbolismo asesino fue recogido por Boris y Sofia Gurman, dos vecinos de North Bondi que intentaron detener uno de los ataques terroristas antes de que se pudiera disparar una bala. Pagarían su valentía con sus vidas. La pareja fue ejecutada a quemarropa. Boris y Sofía, que llevaban 34 años casados, murieron abrazados.
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The casualty list would have been far greater if not for the actions of the Gurmans and other Sydney heroes, including Ahmed al Ahmed, who disarmed Sajid just metres away from where the Gurmans were killed, and Reuven Morrison, who threw bricks at Sajid as he retreated towards the footbridge.
Morrison, 62, was killed trying to protect his community from the gunmen, despite being unarmed and alone as he charged towards them.
When his daughter, Sheina Gutnick, saw the footage of her father charging the shooters, she recognised him at once. “That’s my dad,” she said.
En cualquier caso lo siento por es pobre gente.