En el reino de Chu vivía un hombre que vendía lanzas y escudos.
-Mis escudos son tan sólidos –se jactaba-, que nada puede traspasarlos. Mis lanzas son tan agudas que nada hay que no puedan penetrar.
-¿Qué pasa si una de las lanzas choca con uno de sus escudos?-preguntó alguien.
El hombre no replicó.
Han Fei Zi (Libro atribuido a Han Fei, siglo III a. C.)
Comentarios
Lo que ocurre en ese caso es que los dioses se enfadan tanto por haberles puesto en ese embrollo, que destruyen el escudo, la lanza, al vendedor y al hdp que hizo la pregunta.
#1 Muy buena la ocurrencia, me ha hecho mucha gracia.
#2 Bueno, no es mía en realidad, jaja. Es la continuación de un mito griego muy similar a esta historia. En ese caso era un arco que no podía fallar (o una jabalina en algún caso) y un ciervo consagrado por Artemisa que escapaba a todas las flechas. Pero cuando se disparó una flecha de ese arco contra ese ciervo... nadie sabía como resolverlo. Se presentó el caso ante Zeus, que enfadado porque lo dejaran en evidencia con un problema sin solución, decidió destruir el arco y al ciervo con sus rayos.
"...El hombre no replicó."
Y al día siguiente ya vendía lanzas, escudos y ruedas de carro
El objeto inamovible y la fuerza imparable (Todología aplicada 4)