En mi ciudad con la ultima victoria pepera proliferaron las banderas elefantiásicas en la rotonda , plazuela o avenida de entrada de cada barrio. El Ayuntamiento ha abanderado cada acceso principal, supongo que porque antes de este necesaria inversión los vecinos no sabiamos si viviamos en Bélgica o Kajazastán.
Gracias a Dios, ahora ya lo tenemos claro. La bien conocida eficiencia en el gasto de la gente de bien. O quizá es que son muy aficionados al Risk y en sus despachos tiene un mapa de la ciudad donde van pinchado con alfileritos cada bandera que nos endilgan. Luego dan dos pasos para atrás y contemplan su obra. Ni una bandera republicana… Victoria ! "cautivo y desarmado..." etc.
El caso es que hay vecinos a quien les parece una inversión muy lógica, de hecho alguno se me ofendió cuando le dije que faltaba un arco con «Todo por la patria» pintado y un par de guripas con lanza.
También es verdad que este furor textil estalla durante el coitus interuptus catalán de 2017. En Madrid proliferaron las rojigualdas al poco del estallido equivalente en Cataluña. Y se extendió la la floración de forma bastante espontanea, hay que decirlo. Y es que entre mis paisanos hay mucho que odia lo catalán casi tanto como odia lo francés y desprecia lo magrebí. No nos hicieron un gran favor los indepes a los iconoclastas de las banderitas, no. Los alérgicos a las banderas nunca hemos ganado ninguna guerra pero al menos respetamos el ojo del vecino.
Poco a poco han ido desapareciendo de los balcones, pero como ocurre con los traumas, que no se pueden borrar del todo sin dejar memoria, la banderitis ha liberado una pequeña huella que surgido en un lugar diferente: en el interior de los coches. Ahora muchos de ellos ( me atreveria decir que no menos de un sexto de lo que circula por territorio almeidista) luce una pequeña cinta rojigualda atada al espejo retrovisor. Algo nos quieren decir a los demás con esto. Antes la gente colgaba dados, zuecos, furbys y los mas tradicionales medallitas de la virgen.
Yo a lo más que me he atrevido a colgar ahí , despues del frasquito de olor a pino canadiense, fué un esqueleto que bailoteaba con cada bache. Creo que no nos anima el mismo espiritu, a mí y a los de las banderitas.
Pero pienso que los raritos son ellos.
remadmalditos.wordpress.com/2025/08/31/y-dale-con-las-banderas/
Lo cuento como mera curiosidad, porque traigo dos anécdotas de este fin de semana en el quinto pino. La primer va sobre la filiación, y me pareció tan atávica, pero tan auténtica, que va a las raíces de nuestro cerebro reptiliano.
Debatían dos paisanas, muy de buenas, si la hija adoptiva es hija o no. Y las dos coincidían en que los hijos adoptados son hijos como los demás, sin ninguna duda, y con cierta inquina hacia quien pudiese pensar lo contrario. Nadie pensaba allí lo contrario, pero eso ya sabemos que eso es lo de menos. El enemigo que no existe, se inventa, se le pone a parir igualmente y ya está.
Pero la gracia viene luego. Y si un hijo, uno de sangre, adopta un niño, ¿ese es tu nieto?
Pues resulta que para muchos no.
Lo hijos adoptivos son tuyos, porque los eliges tú y los educas tú. Los nietos adoptivos no son nietos, porque no llevan ni tu sangre ni tu educación. No llevan nada.
Chupaos esa.
Toma ya.
Porque no se trata de superstición ni de costumbre, sino de un razonamiento con el que podemos estar de acuerdo o no, pero un razonamiento al fin y al cabo. No lo había escuchado nunca. De hecho, ni lo había pensado.
Hasta en la quinta puñeta puede saltar un debate nuevo.
A raíz de este artículo publicado en Revista Mercurio www.meneame.net/story/inhumanos-coral-tabernaria-pop-espanol uno de los integrantes del grupo ha pedido que añadamos esta información:
Sergio Aguado (cantante de Los Inhumanos)
31 agosto, 2025 at 2:22 pm · Responder · Editar
Después de leer su artículo, permítame que corrija alguna información errónea que, por mis años en el grupo, considero que debería corregir.
En primer lugar, Los Inhumanos no llevamos ninguna toga romana ni tunecina como vestuario. Dicho atuendo, que surgió varios años después de la creación del grupo pero que es parte de nuestra identidad, es una túnica de monje, con su túnica, estola, cuerda y zapatillas, a la que cada uno le añade su toque personal.
Nuestro primer éxito porque ello nos permitió fichar por una multinacional, fue «Verano Inhumano»,
EP de 4 canciones del que se realizaron varias ediciones y que contenía 4 temas. Hablamos de 1983.
Dice que la crítica no nos tomó en serio, eso es cierto. Pero el público sí que lo hizo. Porque vender 275.000 copias de un solo LP, doble disco de platino, en la época en que los vinilos y las cintas costaban dinero, sí que es tomarnos en serio. Actualmente llevamos más de 2.000 conciertos y miles de personas en cada uno. Después de 45 años de carrera, hacer una gira con 60 conciertos seguramente significará que para el público de nuestra época y para el que viene a cada concierto actualmente (entre 10 y 80 años), algo significamos en sus vidas.
Llama «cutrez cotidiana» a componer una canción que, por vez primera, explicaba en tono de humor cómo se puede hacer el amor en un coche pequeño, una genialidad que se convirtió en número uno de las listas de todo el país. ¿También es cutre «mi agüita amarilla» o «y tú de quién eres»? El humor nunca es cutre, aunque se vista de canción sencilla y popular. La comedia es tan digna como el drama y para que esta llegue al público ha de ser sencilla, fácil y popular.
No tenemos por otro lado ninguna canción llamada «Somos inhumanos». Ni tampoco el grupo se dividió en dos ni hay «inhumanos de Manises». En el año 2001 el creador del grupo y compositor de la mayoría de canciones, Alfonso Aguado, se montó su propio proyecto llamado «La banda del capitán canalla» y se quedaron al frente de Los Inhumanos sus hermanos, que habían comenzado con él en 1983. Alfonso regresó a Los Inhumanos en 2018 y sigue cantando en el grupo que creó hace 45 años. En un grupo por el que han pasado entre músicos y coristas más de 400 personas, cualquier otro abandono o despido no es más que eso, una persona que es sustituida por otra, como ocurre en los grupos de cuatro, cinco o seis componentes, pero con menos ruido.
Nos llama un «coro de universitarios borrachos». Esas personas, como las define, estudiaron sus carreras, acabaron sus estudios y hoy son médicos, abogados, funcionarios, músicos o comerciales, entre otros oficios. Una cosa es el papel que uno represente cuando sube a un escenario, como hace un actor en una película, y otra confundir al personaje con el músico. Hay mucha más profesionalidad que fiesta en este grupo y por ello se ha mantenido todo este tiempo. No vivimos actualmente en una clínica de desintoxicación, sino disfrutando de nuestra familia, nuestro trabajo y nuestra pasión, que es la música.
Y no sigo porque el resto es igual de faltón como impropio: secta, ridículo, hortera, vulgar… Es fácil escribir un artículo para poner a caldo la carrera de una banda por la que han pasado músicos de la talla de Carlos Goñi (Revólver), José Luis Macías (Comité Cisne), José Manuel Moles (Vídeo) o tantos otros. Lo cierto es que hemos adaptado a la música lo que el público quiere cuando sale de fiesta, pasárselo bien y olvidarse de sus problemas, a través de canciones y melodías que llegaran fácilmente a todos. Golpes Bajos fue una banda estupenda, pero no sales de fiesta a divertirte coreando «Malos tiempos para la lírica». Todo tiene su momento y el nuestro, el que nos demanda el público que nos ha seguido y nos sigue, es el que empieza cuando sales un viernes o un sábado queriendo desconectar de tus problemas.
El respeto que nos hemos ganado en nuestra carrera es el que artículos como este, llenos de tópicos y gracejos ofensivos, no pueden destrozar. Pese a que lo intenten. A ver si con el siguiente tiene más suerte. Los calificativos que nos merece nos los guardamos para nosotros, aunque no lo parezca tenemos más educación que su redactor.
A lo que hemos respondido con:
Ángel Fernández
31 agosto, 2025 at 7:04 pm · Responder · Editar
Hola Sergio, muchas gracias por tu replica. Efectivamente, hay dos inexactitudes en el artículo que pasamos a corregir: no hay ninguna canción llamada Somos inhumanos y las túnicas eran de monjes (aunque también romanas).
Lo de los inhumanos de Manises va por la movida con Santi Sánchez. Como parece que es un tema delicado cambiamos el tono jocoso por uno factual, aunque en esencia no había errores en lo publicado.
En cuanto al tono del artículo, Hipólito Ledesma escribe así. Puedes comprobarlo en la mayoría de sus artículos.
Música: www.jotdown.es/2024/03/matame-camion-la-nueva-etapa-monas-de-los-festi
Cine: www.jotdown.es/2025/06/boyle-y-garland-se-descojonan-de-sus-espectador www.jotdown.es/2025/05/la-amenaza-capilar-o-como-the-acolyte-convierte
Ciencia: www.jotdown.es/2025/01/entrelazamiento-cuantico-la-nueva-mistica-de-la
Psicología: www.jotdown.es/2025/03/la-meditaciones-de-marco-aurelio-la-nueva-bibli
Sociedad: www.jotdown.es/2025/02/bluesky-la-red-social-que-hace-que-linkedin-par
Todos ellos, como podrás leer, no son del gusto de muchos lectores aunque de muchos otros sí. El humor es lo que tiene. A nosotros nos han hecho, entre otras cosas, una canción titulada «Chico Jot Down» y no solo no nos molestó si no que nos encantó aunque nos pusieran a caldo.
www.youtube.com/watch?v=FN9Mm9rRYHE
Como te he comentado por email, si quieres podemos publicaros una réplica o si os apetece os podemos entrevistar en Jot Down.
menéame