El periodista Stephen Marche, nacido en Edmonton, en Alberta, es uno de los observadores más audaces y curtidos de un país al que adora, pero que desde hace unos años avanza, según sospecha, hacia la catástrofe. Marche, que ha pasado la mayor parte de su vida profesional en Estados Unidos, como profesor de estudios renacentistas, escritor y firma asidua de Esquire, The Atlantic, The New Yorker o The New York Times, ha dedicado mucho tiempo a analizar las brechas estadounidenses.