Estoy empezando a leer algunas noticias sobre motines y reyertas en las cárceles españolas, además de opiniones muy desacertadas. Toda esta (des)información puede dar lugar a estados de ansiedad y preocupación en aquellos que tengan familiares que trabajen en las prisiones, o que estén presos. Permitidme que escriba un pequeño artículo sobre lo que está pasando, para el que quiera informarse de este tema, y que sirva además para tranquilizar a estas personas.
La situación en las cárceles es, ahora mismo, normal. Hay intranquilidad en la población reclusa, pero no más que la que podamos tener en la calle. Curiosamente, los presos han ido un paso por delante de todas las decisiones tomadas por el Ministerio del Interior. Antes de decretarse el estado de alerta, cuando se suspendieron las comunicaciones vis a vis, muchos internos llamaron a sus familias para que no viniesen a verles ni siquiera por locutorios, porque el hacinamiento de familiares a las puertas de los módulos de comunicaciones, más las condiciones de los locutorios (cuartos pequeños acristalados que sólo se limpian dos veces al día), son el caldo de cultivo perfecto para el contagio del virus. Cuando se informó de que los permisos de salida sí se podían seguir disfrutando, muchos los aplazaron hasta después de que pasase esta crisis, porque a la vuelta de los permisos habrían de estar dos semanas en aislamiento. Es decir, que al regresar del permiso, estarían en unas condiciones muy similares a las de los presos en primer grado: ceñidos a un horario muy estricto para llamar por teléfono o salir al patio, sin apenas contacto humano, etc.
La situación es normal porque, aunque los presos están intranquilos por sus familiares y algo irritados por no poder verlos, la vida en prisión tiene ahora mismo ciertos "privilegios" que el resto de la población no se puede permitir. Por ejemplo, echar un partido de fútbol. O ir al economato a tomarse un café. O usar el servicio de peluquería. Y además, con mayor tranquilidad de que ningún otro preso puede contagiarle el coronavirus, por motivos obvios.
Los motines y trifulcas que se están dando en las cárceles ahora mismo vienen porque hay escasez de "suministros", léase droga. Y esto está ocurriendo únicamente en los módulos conflictivos. La forma más común de entrar droga en la cárcel es en el interior del cuerpo, ya sea en el recto o en el estómago, y se hace a los regresos de permisos de salida o en las comunicaciones vis a vis. Ahora mismo, ambos están suspendidos.
¿Y esto lo saben los funcionarios de prisiones? Por supuesto. Se hacen cacheos, registros, pruebas... pero no hay medios para realizárselos a todos y además, digamos que "no conviene".
No conviene porque, para empezar, no se le puede hacer un registro anal a todos los familiares que vayan a visitar a presos, porque generaría una respuesta muy negativa. Y no conviene porque, si se cortase de raíz la entrada de droga en la prisión, tendrían que sustituir a la mitad de los funcionarios por GEOs para controlar a los consumidores. Y aún así, muchos presos acabarían en primer grado. Los módulos conflictivos serían la selva. Por este motivo, muchas prisiones carecen de máquinas de rayos, como las que hay en los aeropuertos, con las que se podría averiguar al instante si los familiares o los presos esconden algo en su interior.
En la cárcel, se sabe quiénes son los "camellos", pero se les deja hacer hasta cierto punto, siempre que su "suministro" mantenga los ánimos calmados, y no generen situaciones violentas debido a las deudas concedidas.
Incluso en los programas de deshabituación a las drogas del interior de la cárcel hay varios pasos que explicaré de forma sencilla. Estos programas no son obligatorios, pero sí favorecen al interno a la hora de acogerse a beneficios penitenciarios. Y el paso principal es "sigo consumiendo, pero quiero concienciarme para dejarlo". El siguiente es "lo estoy dejando poco a poco" y el siguiente es "lo he dejado, pero tengo miedo a recaer". Programas del interior de la prisión. Blanco y en botella.
En Italia ha habido siete muertos por un "motín" en una prisión. Siete muertos por sobredosis, un motín para asaltar la farmacia de la cárcel.
En algunas cárceles se están tomando algunas medidas para tratar de hacer la cuarentena más llevadera a la población reclusa. Una vez más, curiosamente, estas medidas son hacer la cuarentena un poco más cuarentena: se está permitiendo a los presos quedarse en sus celdas si así lo desean (normalmente sólo se permite en fines de semana y festivos).
Por otro lado, se han establecido departamentos aislados para los nuevos ingresos (si se sucediesen), los que regresen de permiso, y los internos que muestren síntomas parecidos a los del COVID-19. La limpieza se ha intensificado. Muchos funcionarios han rechazado vacaciones o días libres correspondientes porque, al fin y al cabo, no tienen ningún sitio donde disfrutarlas, y el interior de una prisión esa ahora mismo uno de los lugares donde más a salvo se puede estar del SARS-CoV-2.
Como digo, la situación dentro de las prisiones es normal, y hasta cierto punto, mejor que en el exterior. Es más, hoy han comunicado que en muchas de ellas, los presos han aplaudido y ovacionado al personal médico, igual que está ocurriendo en las calles del país.
Así que si tenéis familiares presos, podéis estar tranquilos. Y si son funcionarios, también. Los presos que la "pueden liar" no son precisamente un derroche de fuerza, reflejos y resistencia...
Estoy hasta el gorro de los ofendidos por delegación. A los otros los puedo entender. Los compadezco, pero los entiendo: eres mujer y te molesta que se hable mal de las mujeres. Eres policía y te molesta que se diga que los policías son todos unos bárbaros. Eres profesor y te molesta que se diga que los profesores son todos unos escaqueados con el teleguiñol de las clases online.
Vales: es normal. El ataque al grupo se reparte negativamente entre todos los miembros del colectivo. A escote, te has tragado una parte de la hostia y entiendes que, personalmente, no te la mereces. Ye te cabreas. Normal.
¿Pero qué mierda es eso de que una rubia se ofenda por un comentario sobre los negros o los indios comanches? ¿qué gilipollez es esa de que un vecino de una urbanización de lujo se ofenda por un comentario sobre los pobres?
Empatía, dirán para justificar su actitud. ¡Y una mierda, empatía!
De lo que se trata es de aprovechar el sufrimiento de los demás para defender los propios fines, apropiarse de la condición ajena de víctima y mandar callar al otro.
¡Ofenderse por otro. ¡Eso sí que es apropiación cultural, y vital, y social! Eso sí que es robarle al otro su vida para, en su nombre, en nombre sus males, sacar un rendimiento en forma de empoderamiento, como les gusta decir.
Lo que intentan en realidad es robar las malas vivencias del pobre y del negro para, en su nombre y sin su permiso, convertirse en jueces de la ética y guardianes de la moral. Lo que intentan es ponerse en el lugar del pobre y del negro sólo para recibir el beneplácito y las condolencias, pero no la exclusión y el dolor.
Pero ellos no son nada de eso, no. Son tíos con barba abrazando el feminismo para follar. Son suecos condescendientes que se burlan del camarero español y dicen apoyar al agricultor somalí. Son clase alta, con perrito, criada y jardín defendiendo la lucha obrera.
Puñetera gente. Son repugnantes.
En primer lugar, mi enhorabuena. Si ganas más y estás contento, pues me alegro por ti. No soy uno de esos envidiosos que se duelen del bien ajeno.
Lo que me joroba un poco y no quiero callarme, es que encima alardees de que te has marchado a donde más te pagan. Y que lo hagas delante de los que te pagamos la carrera.
¿Porque dónde dices que hiciste la cerrera de medicina? ¿Quién la pagó?
Si me respondes que estudiaste en una Universidad privada y que pagaste tus estudios de tu bolsillo, o del de tus padres, o del de tu amante viuda y rica, me parece bien. Pero si estudiaste en un colegio público, en un instituto público o en una Universidad pública, permíteme que te diga que eres una especie de garrapata, y además te ufanas de ello.
Se paga mejor fuera, sí. ¿Pero por qué no estudiaste allí? ¿Por qué no cargaste con los costes a los ciudadanos del país donde vas a cotizar y vas a prestar tu servicio? Porque entiendes, supongo, que unos están para pagar y otros para recibir.
Según tu lógica, la de trasladarse al lugar más rentable, deberíamos trasladar nuestras universidades a donde las puedan pagar mejor.
Porque tu lógica es eso. Es la lógica del militar que aprende a pilotar un avión y hace horas de vuelo a costa del contribuyente y luego se queja de que no le dejen, cuando quiera, pasarse como piloto a una aerolínea privada.
Según tu lógica, y entiende que no me considero mejor que tú, hay que sacarle lo que se pueda a quien se pueda: cuando se estudia, al solidario, cuando se trabaja, al rico, que paga mejor.
Por cosas como las que tan tranquilamente afirmas no vale la pena invertir en educación en los países pobres. Porque ese dinero no revierte a los ciudadanos de esos países. Por eso hay tan pocos médicos e ingenieros en Mauritania y en Guinea. Y luego decimos que invierten poco. ¿Para qué van a invertir, si los mauritanos y los guineanos se quedarían igualmente sin médicos ni ingenieros?
Según tu lógica, lo normal es que tú te vayas fuera y venga aquí algún medico peruano. Y los peruanos, que se jodan, o que contraten haitianos, ¿no?
¿Quien iba a imaginar que al Ley del Embudo tenía un apartado científico y académico?
Pues lo tiene. A la vista está.
Transcripción de un fragmento del podcast “Historia Ficción” de David Rico
Los humanos actuales nos hemos sobrepuesto a diversas crisis graves como especie. El mecanismo fundamental de nuestra supervivencia ha sido la cooperación del grupo. La supervivencia de un individuo excepcionalmente capacitado o de un pequeño grupo selecto de machos jóvenes en su plenitud no habría asegurado la supervivencia a largo plazo de muchas generaciones de humanos. Si hubiese imperado el egoísmo y el deseo de preservación individual, nosotros, los que estamos leyendo esto, no estaríamos aquí ahora mismo.
Todos los humanos actuales somos descendientes precisamente de esos grupos que habitualmente realizaron prácticas de solidaridad de grupo. No somos descendientes de los ermitaños y eremitas que se fueron a vivir solos por el monte ni de los grupos caníbales. El grueso de nuestra genética se debe precisamente a los que no eran así. Cada cual puso lo que pudo y recibió lo que necesitaba. Era la forma que tenían de vivir y sobrevivir estas comunidades humanas. Una forma que además es respetuosa con el medio ambiente y sostenible a muy largo plazo.
(...)
Todos tenemos un origen común y toda esa enorme cadena no se ha roto para poder traernos a cada uno de nosotros hasta la actualidad. Somos descendientes de los niños que sí recibieron cuidados generosos a lo largo de su infancia en la que un mono joven no puede valerse por sí mismo. Somos descendientes de grupos que cuidaron de sus mujeres embarazadas a las que ayudaron a parir. Que cuidaron de ellas y de los hijos aunque no podían salir a cazar y que cuidaron a los enfermos aunque parecieran condenados. Somos descendientes de grupos humanos en los que la caza se repartía entre todo el grupo, incluidos los miembros más viejos del clan. Esos miembros que ya no tienen dientes y a los que había que masticarles la comida para que pudiesen continuar alimentándose y transmitiendo experiencia, destreza e historias a las siguientes generaciones. Somos descendientes de un tipo de animal generoso.
Cuando una manada de leones ataca un rebaño de cebras, las cebras escapan. Las cebras más fuertes de hecho corren más rápido y empujan a las otras para salvarse a sí mismas. Los leones terminan comiéndose a los débiles, los jóvenes y los enfermos. El desarrollo cultural humano nos ha hecho ver ese comportamiento como propio de cobardes. Esto de escapar del león y que se coman a los más débiles es de cobardes. Esto es así para casi todas las comunidades humanas. Si un grupo de humanos es atacado por leones, los humanos más vulnerables son protegidos por el grupo mientras que las personas más sanas y fuertes salen para enfrentar a los leones defendiendo al grupo con piedras, palos, fuego y lo que haya disponible.
Las comunidades humanas en las que la lucha por la supervivencia rompió los lazos del grupo y en las que imperó la preservación individual, desaparecieron. No pudieron dejar descendencia. Los individuos que se aislaron en una vida solitaria tampoco dejaron descendencia. Los grupos en los que se impuso la aproximación depredadora en sus relaciones con el resto del género humano, incluido el canibalismo, pudieron subsistir durante un tiempo -quizá a un par de generaciones- expoliando a otros grupos, pero a la larga terminarían por despoblar territorio. Y así se verían obligados a desaparecer autoconsumiéndose o -esto es una cosa muy humana- reorientando su relación con el entorno, o endogamia y buscando relaciones de cooperación e intercambio con otros grupos humanos.
En mi experiencia de escritor como afición conocí a muchos otros escritores aficionados. Es un mundillo lleno de gente de todas las edades que comparten sin embargo ambición, una que me temo es de ese tipo de ambición genérica que se lleva desde principios de siglo donde YouTube es el máximo exponente.
Aunque de lo que quiero hablar es de una similitud que todos compartimos.
Formé en su momento por WhatsApp y posteriormente por Telegram un grupo de escritores. Llegamos a reunirnos una cantidad bastante considerable, y el aprendizaje fue constante. Conocer gente es vital para mejorar como escritor, pero... cómo decirlo, existía un problema de concepto sobre qué es escribir. Ahí está el asunto, que escribir tiene de norma básica escribir bien, sin faltas y con buena gramática, pero no se avanzaba de ese paso.
El 100% de los escritores que allí conocí sólo evaluaban los textos de los demás en relación a cómo estaban escritos en cuanto a ortografía y gramática. Ahí estaba el problema. Nos gustaba compartir relatos de autores reconocidos, pero todos, todos, nos quedabamos en la superficie, surgía además una especie de idolatría que no ahondaba en qué quería decir el texto. Nunca hubo un debate en torno a una temática, sólo se discutía sobre cuándo puntuar sólo y cuándo no, qué coma estaba bien colocada y los porqués de alargar y acortar frases. ¿Pero qué hay de las emociones e ideas expresadas? Con respeto a la lengua, escribir bien es una prioridad por debajo a tener algo que decir. Si un texto te habla de una verdad universal, te deja pensando y hace rebartir, te enseña, llena el pecho y hace gesticular tu rostro, es que es un buen texto, independientemente de que, sí, debe de estar bien escrito para no sacarte de la concentración, pero es un aspecto menor en comparación.
De aquel chat grupal comprobé que se escribía mucho. Eran escritores, sin duda, y llenaban aquellos días con cientos y cientos de mensajes que sumados equivaldrían en número de palabras al libro que algún día deseaban escribir. Siempre fue mi ironía favorita. A la larga me percaté que todo aquello era un juego social, que muchos escribían textos sólo por intentar impresionar o por acumular número de lecturas para presumir. Los que de verdad se tomaban en serio la literatura no estaban allí, no perdían el tiempo porque estaban centrados en escribir.
Por eso quien confude escribir bien se le abre todo un mundo cuando va a un curso de escritura. Si tiene suerte con el profesor comienza a aprender que escribir bien también significa tener algo que contar, lo que sea, nada de ser superficiales sobre qué está bien puesto y qué no. Por otro lado nunca creí en este tipo de cursos, porque son un negocio después de todo y aprender a escribir se debe conseguir conociendo gente y viviendo toda experiencia posible. ¿Cómo vas a tener algo que contar si te pasas el día puliendo tu estilo sin salir de casa? Si lees mucho, lograrás mejorar y ampliar horizontes mentales, pero todo resultará en imitaciones con otras palabras y deducciones limitadas a lo leído.
Lo suyo es un punto medio. Leer mucho, escribir mucho y conocer al mundo y sus gentes. Quedarse encerrado aprendiendo a escribir bien ayudará a que otros les guste lo que dices, pero no calará y con el tiempo nadie recordará lo que escribiste. El camino es otro.
Por lo que, de acuerdo, te has esmerado en que el camino sea pulido y bonito, pero ahora te toca transitarlo.
El año pasado: www.meneame.net/story/gracias-meneame
Ya sé que en este “bar” (ultimamente parece una disco de los 80) hay personas de todo tipo, marca y color, señoras mayores, bots (¿tienen edad los bots?), señores y señoras conservadores, negacionistas de la pandemia, locos de la informática, jóvenes técnicos, amigos de esto y de aquello, algunos y algunas de izquierda, simpatizantes de algunas locuras económicas (qué sabré yo, que sigo sin entender no entiendo nada de eso) y personas de ciudades como Toledo Madrid, Reus Barcelona, Elche Valencia, Huelva Sevilla o de localidades como Villanueva del Palancar Villacorte de Yosua (inventado), Socueca del Azipote Archidonus Cipotentis (inventado), Castro do Rei Fugaderei (idem) o Puig del Nord Finestra de Gaudí (más idem)... Y luego murcianos (chiste recurrente, lo siento, amigos); también hay peleones de la tortilla con y sin cebolla (maldita sea la gastronomía española que nos distancia sospecho que van ganado los concebollistas), peleones de la paella y del arroz con cosas... (venga ya), discutidores natos (nueva película en su canal de pago) sobre mascarillas, su uso, validez y demás zarandajas, convecidos habituales (ahora en cines) sobre todas las cosas que se están haciendo mal en nuestro país, comparadores compulsivos (nueva miniserie) sobre si va peor en número de casos de Covid-19 tal país o tal comunidad y luego muchas personas que aportan muchísimo contenido.
Me gustaría dedicar estas letras a desear a todo el mundo en estos días teóricamente buenos malos, maldita pandemia (nueva webserie en yutú), tanto si los odias como si te gustan o simplemente pasas de ellos. Unas fiestas seguras, dentro de lo humanamente posible. ¿Valdría hacer esto un 4 de marzo 6 de agosto (elegí al azar el 4 de marzo y alguien dijo que coincidía con el “Día de la fusión de Falange y las JONS”, también es puntería... así que ahora, de nuevo, sin mirar, cambio la fecha, a ver qué me ha tocado.)
Claro, pero Abuso de estas fechas compartidas para desearos (de verdad) unos días en los que os mantengáis lo más sanitariamente seguros, sensatos con las fiestas, y que penséis en el maldito virus un rato, también desearos que os olvidéis de si uno es verde o azul, amarillo o morado, alto o bajo... y nos demos un abrazo nos saludemos a distancia desde el respeto y el cariño y pensemos que, aunque estemos en posiciones personales o ideológicamente alejadas o enfrentadas todos queremos un mundo mejor y más seguro a nivel sanitario. Sé que va a sonar a chorrada y que saltarán los del trazo grueso (ya saltaron el año pasado... que si comepollas, que me limpiara la lefa y cosas así... en fin, es la diversión de algunos) o los del humor de sal gorda para dar caña a esto pero no me importa. Realmente me la /&&$$%$, ellos sabrán cómo viven sus vidas.
Esta comunidad es rara y por tanto buena. Hay personas que creen que mejor hacer esto, personas que creen que es mejor hacer aquello, meneantes que creen que todos nos equivocamos, meneantes que son sesudos y muy brillantes... pero todos aportan algo y eso es bueno. Bueno, todos-todos, no... parece que la moda de los robots tecleantes ha llegado para quedarse y son cansinos hasta aburrir, entre eso y lo de colar con calzador en una noticia sobre el Urogallo de los Alpes algo de crítica política, o lo de repetir machaconamente un día par con una letra nasal bilabial como la causa de todos toditos todos los males pandémicos...
Durante mucho tiempo he seguido menéame sin tener una cuenta y desde hace realmente poco tiempo me he creado esta cuenta para poder comentar. Un añito. Dos años. No soy nadie. He aportado lo que he podido, poca cosa, pero... me he sentido bien haciéndolo.
Me encantaría tener la verborrea de Alan Moore Terry Pratchett y soltar una de sus frases, o la inteligencia de Groucho Marx Asimov y poner uno de esos comentarios finos de alguno de sus diálogos personajes... pero no, sólo soy un aporreateclas de segunda clase... y no me importa.
Mensaje para los jefazos. Cuidad esta cosa llamada menéame, ya entiendo que el dinero manda y si no se puede, no se puede, pero cuidadla, por favor. Muchos nos pasamos bastante tiempo leyendo las noticias en portada o en pendientes y nos sirve para hacernos una idea general de lo que nos rodea, otros muchos se quejan de que no llegan a portada noticias de su cuerda... En cualquier caso, me parece bien que se voten las noticias para conformar la portada.
Mensaje para el meneante medio (ni &%%& idea de qué es eso): cuidaos en las fiestas que se acercan, dad caña, opinad, comentad, debatid con respeto pero hacedlo porque la clave está ahí... en la libertad de expresión (siempre dentro de unos límites que nos hemos dado todos).
Una pequeña frase de una de mis novelas (cero microblogging ya que no doy ninguna pista de nada, ni mi nombre ni el título de la novela, ni nada... ¿vale?) en la que cito a un personaje dice: diciendo: "No puede haber revolución total, sólo revolución permanente. Como el amor, es el placer fundamental de la vida." firmado: Max Ernst. “Lo que no sucede en toda una vida puede suceder en un segundo.” ¡Cuidaos mucho en las fiestas turbulentas (nuevo libro de Juan Juanes Nadie) que se avecinan!
De nuevo, gracias, menéame.
Postdata: No, no me voy. :-P
¿Por qué?
Porque eres hijo de la resignación y nieto de la envidia, porque no había más remedio, porque no somos nada, porque qué le vamos a hacer.
Porque no hay rencor de clase como el rencor a la clase propia, porque te azora tu infancia, te avergüenza tu padre y te abochorna tu abuelo, porque saliste de la nada para acabar en la nada, pasando por la nada y aspirando a la nada.
Porque fuiste vicedelegado del parvulario, vicedefensa central del equipo de tu barrio, vicesecretario de la comunidad de vecinos y serás vicemuerto.
Porque nunca te llega el día de mañana, porque piensas en futuro y obras en pasado, porque hipotecaste el presente al 14% y tienes dos avisos de embargo.
Porque eres solidario, interactivo, versátil, multimedia y funcional, porque te han impactado, porque lees con prisa y bebes sin pausa, porque las únicas letras que tienes son las que debes, porque te manifiestas pero no te pronuncias, porque las cosas son como son.
Porque eres feo y colaboras, porque tienes cara de que no, porque te tratan de usted los niños y de tú hasta los ujieres, porque tienes tanta mano izquierda que tienes dos.
Porque eres progresista en la calle, conservador en casa y franquista en la cama, porque tienes el título enmarcado, la póliza enmarcada, el contrato enmarcado, la polla enmarcada.
Porque si tú supieras, porque lo oíste por ahí, porque dijo el otro, porque pensó el otro, porque al final tuvo que hacerlo el otro, porque no te comprenden, porque no te apoyan, porque no te valoran, porque hay que ver.
Porque el que tiene, tiene, porque la ley es para todos, porque ser rico no es malo si se sabe repartir, porque ser pobre no es malo si se lleva con dignidad, porque eres pobre como el que es rubio, pobre como el que es negro, pobre como el que es tonto y plastifica el diploma.
Porque tu bandera es la miseria, tu himno la desidia, tu pendón el abandono, tu estandarte la decadencia, porque eres como los pozos, que a más te quitan más grande eres, porque tu orgullo es tu vida, porque tu vida está en venta y aún tiene el cuajo de maldecir al que la compra.
Porque esto no tiene arreglo, porque éramos pocos y parió la abuela, porque este año tampoco juegas la promoción, porque cogiste la sífilis en un water, porque haber jugado un décimo.
Porque hoy por ti y mañana por mí, porque arriero eres, porque siempre son los mismos, porque todos los tontos tienen suerte, porque tú lo merecías más, porque si tuvieras dos tetas.
Porque resulta que entonces, porque no te lo vas a creer, porque efectivamente no te lo crees, porque así está montada la cosa, porque es otro el que la monta.
Porque aguantas hasta siete y sin sacarla, porque ella no lo sabe y otra no hay, porque sales derrapando del garaje, porque no ves con las gafas pero te quedan muy bien.
Porque a Brahms le falta ritmo, porque lo dijo la ONU, porque te hiciste insumiso y no te hicieron un héroe, porque te hiciste la mili y no te hicieron un hombre, porque te hiciste objetor y no te hicieron ni caso.
Porque piensas globalmente y no actúas puntualmente, porque por una vez no pasa nada, porque pasaste de largo, porque pasaste de todo, porque pasó lo que tenía que pasar.
Porque mañana mismo empiezas, porque cuando tengas tiempo, porque de este año no pasa, porque en cuanto te jubiles, porque pudiste haber hecho, porque pudiste haber sido, porque crees que estás de vuelta cuanto sólo estas devuelto, porque si llegas a saberlo, porque manda cojones, porque vaya por Dios.
"La belleza es blanca y la mentira es negra, pero ni la primera puede hallarse, ni la segunda puede combatirse si uno no está dispuesto a sumergirse con honestidad en los grises".
Así definía David Simon, creador de The Wire, la obra magna de la HBO.
Con The Wire descubres que se puede hacer una serie en el que uno empatiza con los personajes de una forma innegociablemente progresiva y entiendes que esa es la única forma honesta de crear conexiones profundas entre el espectador y la trama.
Te sumerges en un mundo donde no hay ni un resquicio de negror o blancura. Hay miles de tonos en la trama, pero todos son grises.
Es una serie compleja, en la que cuesta entrar, pero eso, precisamente, es lo que la hace única. Acostumbrados a productos televisivos que te enganchan de forma inmediata, David Simon exige al espectador un esfuerzo profundamente honesto; el de estrechar lazos con los personajes como se estrechan con los amigos en la vida: "Uno jamás confía en una persona que acaba de conocer, ¿por qué debe hacerlo con un personaje?", esa es la máxima que Simon ha mostrado en Treme. The Wire o Generation Kill. La de tratar al espectador con un respeto reverencial. Y eso es lo que hace que McNulty u Omar se queden contigo para siempre.
The Wire no es solo la serie que cambió para siempre las series, es un universo atemporal, lleno de violencia y odio en el que uno puede encontrar, de forma tan inexplicable como lógica, una enorme placidez y comprensión.
En un mundo cada vez más burdo y homogenizador, donde la inmediatez está acabando con la verdad, pocas cosas son más necesarias que regresar a la obra cumbre de la HBO.
Publica Newtral un artículo sobre la marcha en bolsa de las principales tecnológicas donde, un medio que se publicita como verificador de informaciones, come un error garrafal, al indicar que la cotización de Facebook ha caído ¡más de un 200%!. El error me imagino que ha ocurrido al confundir la cantidad final como la inicial y calcular los descensos como si fueran un aumento. Yo he obtenido los datos de cotizaciones con la función HISTORIALCOTIZACIONES de Excel e incluso así no me cuadra el dato de Amazon. Lo cual me indica que puede que el error de cálculo no haya sido para todas las compañías.
El gráfico correcto sería:
Llevo desde los 25 años trabajando en todo tipo de empresas. Siempre, absolutamente SIEMPRE, ya sea con alguien que trabaja contigo o con un cliente, te vas a encontrar a UN JEFE INTERVENCIONISTA.
Generalmente mediocre, el jefe intervencionista es incapaz de delegar y precisa dar/imponer su opinión. Esa pulsión intervencionista suele aparecer, además, cuando el proyecto marcha viento en popa. A veces es una sola palabra, otras veces es un volantazo de 180º. Sea lo que sea, es un palo en la rueda que logra hundir todo el proyecto, la tormenta de mierda perfecta, un puto agujero negro que con efecto ventosa se traga todo lo que merecía la pena y expulsa megatoneladas de mediocridad.
En serio, es casi un milagro de la naturaleza comprobar como una persona tan desprovista de talento es capaz de, con un pequeño gesto, con una sola palabra, derrumbar un puto Tah Mahal. Diría que es casi BELLO, si no fuese tan DOLOROSO.
Necesita sentir que hace algo, que las cosas ocurren PORQUE EL QUIERE, cuando realmente, todo lo bueno que ha ocurrido en su empresa ha sido A PESAR DE ÉL.
El jefe intervencionista no solo carece de cualquier tipo de talento (por eso es jefe) sino que, además, sufre un selecto pero profundo Asperger, que le ayuda a ser el único en percibir, lo que es una ridícula y antológica metida de remo, como un consejo transgresor, vanguardista, brillante.
La última característica del jefe intervencionista es, probablemente, la más importante y es la que le permite dormir tranquilo por las noches. Consiste en que cuando el proyecto fracasa estrepitosamente (99,9% de los casos), incapaz de sobreponerse a los devastadores efectos de su puto intervencionismo, el líder retromongolo saca a relucir un delirante arsenal de tóxicas justificaciones infantiloides que logran focalizar la culpa sobre todos los que trataron de salvar el proyecto de la insufrible mediocridad de sus "sugerencias" (aka IMPOSICIONES).
El jefe intervencionista no solo está en las empresas. Está en aquellos lugares en los que se decide tu vida, tu cultura, la educación, tu futuro y el de tus hijos y tus nietos. Su función es esencial: proponer estrategias que provoquen incendios descomunales, desastres que ayudan a incentivar el talento de todos aquellos que tienen que vivir con las consecuencias de sus desatinos.
Que sí, que es cierto que el mundo entero está lleno de jefes intervencionistas, pero si hay un país que destaca por su cantera, ese es el nuestro. Y mientras otros países y empresas crecen a través del I+D+i y de la formación, aquí, en España, un gran porcentaje del crecimiento proviene de resolver las cagadas de los que dirigen compañías, bancos y ayuntamientos.
Ya lo dijo Jose Luis Cuerda: "Aquí, si eres imbécil, solo tienes dos salidas antagónicas: la más absoluta de las intrascendencias o dirigir, y comprenderá usted que hasta un imbécil sabe que es mejor un buen sueldo que vivir en la calle"
Diciembre, y también enero y febrero, son los peores meses, en el hemisferio norte, para observar bichos pequeños. Aún con estos inviernos suaves que ultimamente estamos teniendo, insectos, arácnidos y otros bichos de pequeño tamaño prefieren un tiempo más benigno para salir a pasear. A pesar de todo, y en una ciudad tan densamente poblada y contaminada como Barcelona, si te paras un rato a observar los acabas encontrando. Ayuda que en tu terraza o balcón tengas plantas, y ayuda también que alguna todavía esté florecida. Aunque la flor ya esté mustia y de retirada, si es lo único que encuentran los insectos que liban acabarán por venir. Mejor eso que nada.
A ésta primera la tenía lozalizada desde hace días, es más, había intentando fotografiarla anteriormente pero las condiciones de viento y luz no me lo habían permitido. Al fotografiar con un móvil, necesito que se conjunten muchos milagros para que salga una toma aceptable y más, de una arañita que se encuentra suspendida sobre su hilo en medio de la nada porque me cuesta horrores que el móvil entienda donde quiero que se enfoque. Al fín hoy he podido tomar una fotografía válida inaturalist-open-data.s3.amazonaws.com/photos/248081819/large.jpeg . Se trata de una Zilla Diodia, no es que yo sepa de arañas, ni realmente de nada, es que la ia de inaturalist me ayuda con la identificación y además luego se suman a corroborar otras personas de la comunidad que sí saben de arañas. La zilla diodia adulta mide de 2 a 3 milímetros, es realmente chiquita, y pertenece a la superfamilia de las arañas tejedoras, no todas las arañas tejen telas. Ésta, además, es la única del género Zilla que puedes encontrar en la península ibérica así que, si la llegas a identificar hasta género puedes apostar que si está en la península se trata de una Diodia. Fue identificada por primera vez en 1802 por Walkenaer. Habita en toda Europa continental, aquí su mapa www.inaturalist.org/taxa/486472-Zilla-diodia y es cazadora, espera pacientemente que alguna presa quede enredada en su tela. Hay otras tres especies de Zilla, pero esta, es la más común de observar.
Hace un par de días me di cuenta que habían eclosianado huevos de caracol en mi terraza porque vi varios caracolillos diminutos, también de 2 o 3 milímetros préndidos por las paredes. Pude hacerme con dos o tres, los pobres caracoles no son demasiado ágiles en la esquiva y me los llevé dentro de casa a la espera de que uno de ellos decidiera salir de la cáscara para hacer más facil la identificación. Al fin, uno de ellos, salió a explorar y pude fotografiarlo con el móvil desde una posición cómoda. Aquí está inaturalist-open-data.s3.amazonaws.com/photos/247216680/large.jpeg . Le puse una judia verde que tenía para que se sintiera más acompañado. Aquí una foto para ver su tamaño real inaturalist-open-data.s3.amazonaws.com/photos/247216710/large.jpeg . Seguramente se trata de una cria de cornu aspersum el vulgar caracol europeo de jardín. Caracoles y babosas son los únicos moluscos que se aventuraron a cambiar el mar por la tierra firme. Es originario de Europa pero a día de hoy puedes encontrarlo en todos los continentes, fuera de Europa se considera plaga. Este tipo de caracol es hermafrodita, tiene órganos sexuales masculinos y femeninos, pero necesitan a un compañero con quien aparearse. Cuando lo hacen se fecundan el uno al otro. Los humanos nos comemos este tipo de caracol y desde tiempo de los romanos se ha criado también en cautividad. Dentro de su género, los Cornu, encontramos otras tres especies, siendo las otras tres mucho más esquivas que ésta.
Y ya dentro de los insectos, decir que tengo una palma infectada de cochinillas. Si los anteriores bichejos eran pequeños estos ya son diminutos y mi mejor foto creo que es ésta inaturalist-open-data.s3.amazonaws.com/photos/247964091/large.jpeg , no llega ni al milímetro así que me doy con un canto en los dientes por haber logrado sacarla. Sólo me he atrevido a identificarla como un miembro de la superfamila de los insectos escama (las Coccoidea), hay hasta 8000 especies diferentes de cochinillas y no tengo ni repajolera idea sobre cual es la mía. En todo caso me están comiendo la planta entera y toca eliminarla.
Estos tres últimos días también se han acercado y he podido fotografiar a tres voladores. La primera de ellas inaturalist-open-data.s3.amazonaws.com/photos/247963980/large.jpeg me atrevo a decir que se trata de una Ancitrocerus gacella, una de las especies dentro de la subfamilia de las avispas alfareras y albañiles. Dentro de su género, el de las Ancitrocerus, hay más de 50 especies, pero creo que se trata de una gacella, que es una de las más comunes. Se distribuye por toda europa y parte de norte américa. Se trata de una avispa alfarera porque construye su nido con barro. los machos no pican, no todas las avispas pican, y la picadura de las hembras no es dolorosa.
La segunda es una mosca, concretamente una mosca de las flores inaturalist-open-data.s3.amazonaws.com/photos/247963858/large.jpeg Las moscas de las flores, a diferencia de sus parientes más conocidas, son realmente bonitas. Esta preciosidad es una Eupeodes corollae y se trata de un ejemplar macho. No es la única mosca que se camufla de abeja/avispa , lo hace para que la dejen tranquila pero es totalmente inofensiva.
Y por último otra mosca, la espectacular Eristalinus taeniops, aka mosca tigre inaturalist-open-data.s3.amazonaws.com/photos/247984402/large.jpeg . También es una mosca de las flores. Sus ojos rallados son los que la hacen así de espectacular. La encuentra prácticamente en todos los continentes. Es también inofensiva y se alimenta del nectar de las flores, como la anterior. Normalmente una manera de distinguir las moscas de abejas y avispas son sus ojos, los de las moscas acostumbran a ser de mayor tamaño y a ocupar prácticamente toda la cabeza del insecto.
Este artículo tiene su origen en este otro www.meneame.net/story/cazar-pokemons-inaturalist y, su finalidad es promover la curiosidad y las ganas de observar a tu alrededor entre los meneantes. Me he convertido en un inaturalista totalmente iluminado y, como es habitual, a uno les gusta compartir aquellas aficiones con las que disfruta.
* Níngún animal, salvo las putas cochinillas, ha sufrido daño alguno a la hora de elaborar este artículo.
Sorprende la propuesta de Feijóo de que en los ayuntamientos gobierne la lista más votada porque eso ya existe en la normativa española sobre la elección de alcalde. El artículo 196 de la LOREG lo dice bien claro: "Si ninguno de ellos obtiene dicha mayoría es proclamado Alcalde el Concejal que encabece la lista que haya obtenido mayor número de votos populares en el correspondiente municipio. En caso de empate se resolverá por sorteo". En un ayuntamiento nunca puede haber bloqueo en la elección de alcalde, si un candidato no obtiene la mayoría absoluta de los votos de los concejales, es elegido alcalde el concejal que encabece la candidatura más votada. Que gobernase la lista más votada independientemente de que hubiera otro candidato que concitase una mayoría absoluta de votos altenativa, iría contra el más elemental principio democrático.
Si no vive un hombre en tu casa, compra unos zapatos masculinos y déjalos en la puerta. También vale una correa o arnés de perro grande. No publiques fotos de tu casa o calle en redes sociales. No contestes a la puerta si estás sola.
No salgas si está oscuro. Si tienes que salir camina alejada de las paredes. Y de los arbustos.
Sé poco interesante: no te vistas demasiado llamativa. Lleva los cascos puestos para no tener que interactuar con nadie.
Deja dicho adónde vas, con quién y cuándo volverás. Si te viene a recoger una cita, manda un wasap a tu familia con la foto del coche, mejor si se ve la matrícula. Incluye su nombre completo si lo conoces. Quédate con la dirección si vais a su casa y mándala también si tienes ocasión.
Sal de casa con una reserva de dinero para coger un bus o un taxi y guárdala aparte. Al volver a casa, pasa de largo y vuelve atrás por si te están siguiendo.
Bien pensado, no lleves los cascos puestos para poder oír si te siguen. Tampoco importa mucho como vistas, la verdad.
Como vistas importa mucho: nunca lleves zapatos que te impidan salir corriendo.
Nunca bebas nada que no te hayas servido tú o que no hayas visto servir a un profesional. Si pierdes de vista tu bebida un segundo, descártala. No seas demasiado simpática, tampoco demasiado antipática. Pasa desapercibida.
No pases desapercibida. Bajar la cabeza te presenta como vulnerable. Camina con la cabeza alta y con seguridad.
Que no te importe parecer loca para llamar la atención. Si hay más gente y pides ayuda, hazlo describiéndolo en voz alta : «este hombre de metro ochenta delgado con perilla, tejanos y jersey verde me está molestando».
Aparca bajo una farola o, si es un párquing, cerca de las salidas y a pie de calle para no tener que usar el ascensor. Si tienes que usarlo quédate cerca del botón de ayuda para que nadie pueda bloquearte el acceso a él. Mira debajo de las escaleras. Acércate al coche en ángulo para ver la mayor parte de sus alrededores y al cogerlo mira debajo. Y en el asiento de atrás. Saca y prepara las llaves antes de llegar al coche o a tu portal. O mucho mejor: lleva siempre el llavero en el puño, con las llaves sobresaliendo entre los dedos; aunque si pasa algo asegúrate de no golpear a medio gas porque empeorarás la situación. Lo mismo con las patadas en los huevos: son solo una distracción, ve a por la nariz y los ojos después.
No luches: un agresor busca resistencia.
Lucha: un agresor busca lo fácil.
No te acerques a alguien que te pregunta algo, que alce la voz.
Lleva moño o córtate el pelo: suelto o en cola de caballo es un agarre demasiado fácil.
Bien pensado, las llaves a lo Lobezno igual es mala idea, porque se te van a clavar en la palma de la mano. Mejor coge la más larga como si fuera un puñal.
Lleva un cuchillo.
Nunca lleves un cuchillo. Hay muchas probabilidades de que empeores la situación. Mejor un spray de pimienta, pero asegúrate de entrenar en su uso y estar preparada para usarlo.
Si ocurre algo, grita «fuego» porque es más probable que alguien acuda que si gritas cualquier otra cosa. Si puedes, méate y cágate encima, y no estaría de más que aprendieses a vomitar a voluntad.
No dejes que te lleven a otro sitio. Dalo todo ahí porque estás muerta igualmente si te llevan a otro sitio.
Si alguien te da mala espina, por algo será.
Pero sobre todo no tengas miedo :)
Inspirado en este hilo.
Cuenta la ínclita Rosalía Sánchez, corresponsal de ABC en Alemania, que el gobierno alemán de Scholz va a reducir el presupuesto en 445.700 millones de euros, ¡nada menos!. En realidad es mentira. Los 445.700 millones de euros no son el recorte sino la previsión de gastos para 2024. Si nos vamos a un medio alemán serio se puede comprobar:
Alguno podría pensar que es sólo un error ortográfico en el titular y que quería poner "a 445.700 millones" y ha puesto "en 445.700 millones". Pero si nos vemos al texto de la noticia, lo deja bien claro, un ahorro de 445.700 millones.
Los humanos parimos ideas, las cuales mezclamos, cocinamos y aderezamos para crear así unas combinaciones que llamamos ideologías. Más tarde, una vez hemos creado nuestro nutriente intelectual favorito, por resultarnos sabroso o placentero, nos habituamos a consumirlo asiduamente. En el peor de los casos acabamos repitiendo una y otra vez, haciéndonos adictos a nuestro manjar y rechazando cualquier otro. Sin embargo, el camino al fanatismo no se asemeja a una especie de trastorno alimenticio, sino que se trata de algo mucho más complejo, puesto que es una relación de ida y vuelta.
Creamos nuestros sistemas de ideas y les damos vida. Actúan como un virus en nuestro software social, cuya única misión es sobrevivir, reproduciéndose sin descanso. Nosotros escribimos el libro de hechizos, pero, como en las malas obras de fantasía mágica, el papel cobra vida y empieza a darnos órdenes. Al principio de forma sutil, más tarde de forma directa. Compartimos nuestro descubrimiento y formamos una comunidad. Ahora somos los adoradores del libro y necesitamos un nombre. Creamos nuestra identidad a su alrededor y empezamos a clasificar a la humanidad entre creyentes e infieles. Por fin llega el día y una epifanía se nos revela, pues el libro ya habla de forma clara y recita unos dogmas que, al principio, pueden discutirse, pero pronto se consolidan como la base de nuestra fe. Entonces ocurre la magia final, el milagro. El libro mágico, aquel caldero en el que fuimos echando nuestras ideas y las de otros en distintas proporciones, es un ser completo que nos dicta La Verdad. Ahora él nos crea a nosotros, escribe sobre nuestra piel, nos dice cuáles son las verdades fundamentales y lo equivocados o malvados que son aquellos que las rechazan. Es entonces, justo entonces, cuando ya no necesitamos más ideas porque tenemos ideología. Somos portadores de una llama que permite iluminar al mundo y quemar a los herejes. Y lo más importante: podemos preguntarle a nuestro amigo mágico sobre cualquier cosa. Nos contestará desde su verdad incuestionable y solo necesitaremos acatar sus indicaciones para conducirnos virtuosamente.
El fanático, pues, no es otra cosa que quien se ha adscrito a una ideología, propia o ajena, hasta implicarse de tal forma que es la ideología la que le dicta a él cómo pensar. Evidentemente, las religiones tienen los ingredientes necesarios para que este fenómeno suceda, pero toda ideología puede actuar como una religión laica. En el caso de las religiones tradicionales, el creyente puede alegar que es la voluntad de una divinidad; en las religiones laicas, trata a la propia ideología como una divinidad, sorteando la evidencia de haber sido creada por los hombres al asignarle una naturaleza que es anterior o superior a su voluntad.
Cualquier tipo de ideología es capaz de adquirir sus propios fanáticos, pero voy a detenerme en señalar el caso de Milei, el personaje de moda, pues sus declaraciones muestran el ejemplo perfecto de lo que intento argumentar. Tomemos solo dos.
En 2022 protagonizó una polémica al votar en contra de un programa de tratamiento de cardiopatías congénitas en bebés. Al ser cuestionado por la razón, le bastó con respaldarse en la ideología: “Bueno, lo votamos en función del ideario liberal”. Un buen fanático no necesita más explicaciones. Si su libro sagrado dice que la intervención del Estado es siempre maligna, la regla se debe seguir pese a quien pese y tenga las consecuencias que tenga. Si algo es un pecado para nuestra fe, el tabú ha de cumplirse sin excepción. Por ello, no cabe entrar en el fondo de las consecuencias, pues nuestra ideología no puede equivocarse y es universalmente válida.
El segundo ejemplo refuerza lo expuesto. En el reciente foro de Davos se permitió afirmar, ante el estupor de los presentes, que “el fallo del mercado no existe”. Creer lo contrario es, por tanto, una herejía, y a los enemigos de la verdadera fe solo queda combatirlos. No merecen ningún tipo de argumento más. La deidad a la que adoramos no puede equivocarse. A partir de este axioma, puede interpretarse la realidad. Puede y debe. Si nuestra ideología-religión dice que el mercado debe regularlo todo y ello implica la muerte de bebés con problemas de salud, debemos aceptarlo. Olvidemos el detalle de que somos nosotros quienes creamos a los dioses, aceptemos gustosamente sacrificarnos a su voluntad. Olvidemos que fuimos nosotros quienes les dotamos de ella, quienes los imaginamos en nuestra fantasía y les supusimos la infalibilidad.
Leo en The Objective una noticia sobre Muface donde se asegura que su supresión aumentaría un 266%% la lista de espera de consultas y un 115% la quirúrgica. Como tengo por costumbre comprobar todo incremento porcentual que supere 100, se ve claramente que en ambos casos se ha realizado de forma errónea: en el primer caso el incremento es de 167% (227,6/85,4=2,67); y en el segundo, del 15% (19,6/17,1=1,15). Que un medio como The Objective cometa estos errores es habitual, pero resulta que en este caso la fuente es el informe "El mutualismo administrativo: modelo predictivo sobre la elección de los mutualistas y escenarios futuros" de la Universidad Complutense de Madrid, y, lo más sorprendente, en el figura el mismo error.
Buenas a todos.
Para quien ni les suene mi nombre, soy Perogrullo, viejo usuario de esta red social.
Como algunos usuarios saben, últimamente he estado jugando bastante con la IA que genera música, empecé con Suno, pero me he pasado a Udio porque he descubierto la manera de realizar imitaciones sorprendentemente verosímiles de grupos existentes. Concretamente me he especializado estas tres últimas semanas en imitar al grupo La Polla Records.
¿Por qué? Pues porque debido a mi edad, es un grupo que para mi representa perfectamente un sentimiento de rabia y de asco contra ciertos aspectos de nuestra sociedad, y porque siempre me han parecido capaces de realizar una crítica social de aspecto ligero pero de bastante profundidad dentro de las posibilidades que ofrece el punk.
Tras hacer unos cuantos temas que he ido enviando a la cola de pendientes, la semana pasada hice el que creo que es mi mejor tema, 7291 Ancianos, dedicado a Isabel Díaz Ayuso, consideré que valía la pena arriesgarme a votos de spam a cambio de compartirlo, recibir algo de feedback y expresarme un poco en voz alta.
El tema fue suficientemente potente como para que fugazmente llegase a portada, y luego fuese tumbado en un ataque coordinado que le metió una docena de negativos en muy pocos minutos.
Hoy me he enterado de que a través de los artículos podía haber enviado contenido propio y haberme evitado los votos de spam, que si, que llevo aquí 13 años y sigo a por uvas, pero me siento un poco bobo después de 3 semanas enviando mis cosas.
Con todo, considero que dentro de mis posibilidades, el tema es un auténtico éxito, superando con mucho mis expectativas. En cinco días tiene
-3.200 visualuzaciones
-138 likes
-Se me ha unido un centenar de suscriptores, casi integramente desde meneame.
Para los estándares de internet es algo insignificante, pero para mi un éxito rotundo.
Ahora algunas reflexiones analizando las estadísticas una semana después:
Sin mas quedo a vuestra disposición para cualquier comentario, y aprovecho para dejar el enlace del tema en cuestión, ya que siendo sincero, me produce cierto orgullo. Para mi es como haber conseguido un superpoder el tener la capacidad de hacer temas que suenen a La Polla Records y más aún que uno me parezca que suena bien.
Aprovecho para agradecer a muchos de los meneantes que habeis ido dando vuestro apoyo.
Un saludo a todos.
La noticia de estos días de la Guerra de Ucrania es que los ucranianos han ocupado unos 400 kilómetros cuadrados de territorio ruso, aprovechando la debilidad de las defensas en ese sector. Los combates prosiguen, y el área invadida podría aumentar aún un poco, aunque parece que la situación se estabiliza poco a poco. Todo muy épico, es cierto.
Sin embargo, con vuestro permiso, me pregunto yo una cosa: ¿qué más da si los ucranianos avanzan 30 o 50 kilómetros? ¿Qué pretenden? No hay objetivo estratégico alguno en esta operación, fuera de alimentar a la propaganda de los que pagan.
Con las tropas de que disponen, ¿a dónde piensan llegar y qué área pueden cubrir de manera efectiva? Porque al menos, los alemanes, en lás Árdenas de 1945, tenían la idea de empujar a los americanos contra el mar, aunque sabían de sobra que sólo una inmensa chiripa les permitiría conseguirlo. ¿Pero esta gente? ¿Qué idea tiene en la cabeza? ¿Tomar la central nuclear de Kursk? Me parece casi imposible lograrlo, pero aún así, supongamos que lo logran. ¿La van a volar? Eso ya pueden hacerlo ahora con un misil americano, y saben el coste que tendría.
Los alemanes pretendían llegar a Amberes y cortar el suministro americano. Era una idea descabellada, pero era una idea. Cosas más gordas les habían salido bien, como la conquista de Holanda en 1940. Estaban jodidos y había que intentarlo. De perdidos, pues al río. Vale. ¿Pero estos? ¿Qué plan tienen? ¿Abrir un nuevo frente para que no se lo abran? ¿Elegir el sitio?
A estas alturas ya parece más que claro que la estrategia rusa es de desgaste, y los ucranianos van y lanzan un buen puñado de tropas experimentadas a un frente que nadie sabe qué finalidad estratégica puede tener. Porque seguro que no están pensando en llegar a Moscú, ni en conquistar nada que no sean unas cuantas aldeas.
Puede que las razones sean políticas, o de algún otro tipo que me escape, pero a nivel militar la cosa no tiene sentido. Como cuando cruzaron el Dniéper y crearon una cabeza de puente al oto lado. Igual.
O como me decía el otro día un amigo: si tu fueses un soldado ucraniano y te mandasen invadir Rusia, ¿qué coño pensarías?
Pues eso.
Hay veces que para obtener un titular sensacionalista sobre datos no hace falta mentir, basta con dar las cifras de forma creativa. Leemos en El Debate que las fugas de presos en los traslados se han duplicado desde 2012; una variación tremenda podría pensar cualquiera, ante la que urge tomar medidas. Pero que en el artículo no aparezcan por ningún lado cual es el número de fugar que ha habido en 2023 ya induce a pensar que hay gato encerrado. Si nos vamos a este artículo de 20 Minutos que está basado en las mismas cifras de Interior suministradas a la AUGC, podemos leer que en 2023 hubo exactamente dos fugas de presos en los traslados, luego en 2012 habría una.
Nunca he escrito un artículo en menéame. Nunca he tenido motivos de tanto peso: un genocidio. Mañana 27 de septiembre hay convocada una huelga general en España. Se solicitan medidas de presión contra Israel para intentar parar la masacre del pueblo Palestino.
La convocatoria ha sido un desastre. Las organizaciones convocantes tienen poco peso. La publicidad ha sido casi nula. Parece difícil que haya, ya no un seguimiento masivo, sino siquiera suficiente para evitar la sonrisa taimada de los exhortados.
Aún así, yo voy a hacer huelga. Voy a palmar pasta. Voy a hacer el ridículo ante mis compañeros pues sospecho que nadie más la secundará. Voy a molestar a mi empresa en contra de la cual no tengo nada. Luego iré a la manifestación convocada a exponerme a las miradas condescendientes de los transeúntes ocupados en asuntos más importantes.
Pero es que es de las pocas cosas que en casi un año de masacre voy a poder hacer para intentar pararla. Si no hago la huelga me sentiré cómplice silencioso de los asesinos. Si no escribo esto y os pido que os unáis, también.
No, de verdad: la gente no se ha hecho fascista de pronto. Es otra cosa.
Lo acabamos de ver en Estados Unidos y en otras convocatorias electorales por medio mundo. El panorama político parece haberse girado hacia la derecha y da la impresión de que lo va a hacer más aún, y creo que buena parte de la culpa de este fenómeno está en que los estrategas y asesores políticos de los movimientos progresistas no han hecho bien las cuentas.
Hablemos con seriedad: todos los partidos tiebnen su equipo buscando el modo de arañar votos aquí y allá, para conseguir eso que llos llaman ponposamente "ampliar la base social". En el caso de EEUU, por ejemplo, alguien pensó que una candidata como Kamala Harris era una verdadera oportunidad: mujer, de color, y de origen inmigrante. Un combo perfecto.
¿Y qué pasó en la práctica? Que el feminismo radical actual genera más rechazo en los hombres que adhesión en las mujeres, el racismo subyacente del país genera más rechazo en los blancos que adhesión en las personas de color, y hay más gente en contra de la inmigración, incluso entre los propios inmigrantes latinos, que gente a favor. Y se estamparon a lo grande. Pero a lo bestia, porque parece que Trump, además de ganar la presidencia, va a controlar el Congreso y el Senado. Un combo perfecto, sí, pero del contrario.
¿Nunca vamos a darnos cuenta de esto? ¿Seguiremos con la gilipollez de que la gente es idiota, les comen la cabeza los medios y se han vuelto fachas a base de navegar por internet?
Cuando le dices a la gente que es culpable de todo, desde le cambio climático al hambre en el mundo, la gente se cabrea y te vuelve la esopalda.
Cuando dices que los animales tiene los mismos derechos que las personas, o poco menos, lagente que no los ve como fuente de cariño, sino como fuente proteínas, se cabrea y te vuelve la espalda.
Cuando dices que todos los hombres son violadores en potencia, los hombres se cabrean y te vuelven la espalda. Y muchas mujeres, que son madres de chavales que ellos encuentran estupendos, y no odian a sus maridos, se cabrean también. Así que has atraído a un 20% de la smujeres, y has alejado a un 85% d elso hombres y un 70% de las mujeres, por poner cifras aproximadas.
Cuando dices que los inmigrantes no son un problema, porque el problema es tu raxismo, y la gente se encuentra con determinados problemas de convivencia en la calle, te toma por majadero, se cabrea y te vuelve la espalda.
Al final, resulta que con esa clase de programas, atraes a una parte cada vez menor de la sociedad, y por muy ético que te sientas, y por mucha superioridad moral que percibas en tus postulados, el caso es que los votos se cuentan, y no se pesan.
Y te jodes. Y de paso nos jodes a todos, por la clase de gente que vamos a tener que aguantar. Pero la artimética electoral funciona así, nos guste o no.
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(Noticias inventadas pero adaptadas de noticias reales.) Hasta las mismas partes internas y personales estoy...
Un individuo normal no pondría a su hija a la venta en una habitación por horas. Tampoco debería poner su moral desnuda y atada a una cama para ser violada por intereses mezquinos propios. Mucho menos ajenos.
No se puede apoyar a los inmorales. Nunca hay justificación para apoyar a un asesino, a un violador, a un pederasta, a un torturador de ancianos. Hubo y hay quienes justifican al régimen nazi, o las purgas estalinistas, o a Pol Pot, o a Pinochet, o a ETA, o a la red Gladio. Siempre en aras de un supuesto principio mayor. No se puede porque -da vergüenza tener que explicarlo- la vida de quienes murieron en condiciones atroces era más importante que esas ideologías inquebrantables que el tiempo demostró inútiles, absurdas, perniciosas y hasta ridículas. La vida de tu hija o de tu padre valen más que cualquier ley o ideología vomitada por un hombre cualquiera.
Hay quienes jalean a Israel, y no se conmueven al ver a un niño llorando entre los escombros, muerto de miedo y hambre. No se conmueven tampoco cuando leen las cifras de miles de niños asesinados.
No se conmueven por más de 7000 ancianos ahogados en sus camas, abandonados, y tampoco por 200 muertos también ahogados.
Hay quienes gritan entusiasmados “¡Presidente, presidente!” cuando aparece el responsable de no haber puesto en marcha un plan de emergencia urgente cuando todavía era posible evitar muchos muertos.
Hay quienes no son capaces de salir por un momento de su confortable barril de ceguera y mirar con sinceridad que no se puede, nunca, con ninguna excusa, ponerse del lado de quienes sí tienen el cinismo de decirnos a la cara que les da igual que un niño muera. Esa gente tampoco se conmovería si el aniquilado fueras tú, tu hija, o tu padre. Sus intereses están por encima de los demás. Son monstruos peligrosos y todos somos sus potenciales víctimas. Hoy serán estos, mañana los tuyos.
Pero puede que no me des la razón. Puede que te sientas reconfortado con tus justificaciones, o incluso que te encuentres bendecido porque crees que tu Dios te perdona, o que te habla y te ordena ser como eres.
En este caso tú no eres una buena persona. Ni siquiera una persona. Desengáñate, eres un monstruo también, de los muchos que hay en el mundo. Vive como un monstruo, pero no nos soliviantes con tus argumentos inmorales. Eres un monstruo y se lo debes decir a tu hija y a tu padre. Que no esperen nada de ti, deben saber que mañana podrías venderlos como perros, atarlos a una cama, hacerlos morir de hambre, si con ello ganan los otros monstruos a los que tú apoyas.
Son días tristes para cualquier demócrata, son días tristes para cualquiera que piense que unidos somos más fuertes que separados.
Lo ocurrido ayer en Cataluña es vergonzoso, es vergonzoso como país y como ciudadanos del mismo. Por un lado tenemos a un gobierno independentista con la máxima "cuanto peor, mejor", es decir, cuanto peor sea la situación, cuanto más se fracture España, cuanto más se fractura Cataluña y más tensión social exista, ellos estarán más cerca de su objetivo. Por el otro lado tenemos un gobierno central que en los últimos seis años ha estado ignorando el problema y riéndose de los catalanes, un gobierno, que como un mal estudiante lo ha hecho todo a última hora y fatal.
Es triste el talante político actual.
El gobierno catalán no busca lo mejor para los catalanes, busca mantenerse en el poder a toda costa. La continua mayor ansia del mismo, la crisis y la corrupción interna le han hecho tomar este camino hacia la nada.
El gobierno español no es para nada diferente, para él, tratar así a Cataluña es bueno. Existe una España en la que encontrará votos con estas actuaciones, por lo que no quiere buscar una solución. Esto también tapa su corrupción y su desastre laboral, educativo y social.
Pero lo peor es que no existe alternativa. Un PSOE que su única preocupación en todos estos años es que la situación le salpique lo menos posible. Un Podemos que no se ha enterado que la campaña electoral de las elecciones de diciembre de 2015 hace tiempo que pasaron y siguen en su "sí, pero no | no, pero sí" intentando contentar a todos en su ambigüedad continua. Un Ciudadanos que, llegado al poder, haría lo mismo que el PP.
A lo largo de los siguientes días Rajoy pondrá fin al independentismo, pero a cambio mandará a España (entiéndase como todo su modelo actual) a la tumba. Sí, le pondrá fin, eso es innegable, que nadie piense que la independencia tiene la menor posibilidad. Aun queda el cartucho más grande, el ya famoso artículo 155. Podrá haber movilizaciones que duren semanas, pero durante esas mismas semanas la estructura independentista estará debilitándose al no contar con un gobierno que la financie.
Desde luego Rajoy no matará el independentismo para siempre, una vez más y como es habitual en él, solo retrasará el problema para que le reviente al de la siguiente legislatura (posiblemente cercana) que tendrá que rediseñar el modelo territorial, de financiación y competencias. Algo que será muy difícil y generará nuevos problemas. Cosa que su partido criticará de forma cómoda desde la oposición, esperando que esto les permita volver al poder en cuatro años.
Los únicos que perdemos de todo este circo, el pueblo. Y todo, por las calenturas de unos burgueses.
“Los gnomos, cuando van al baño no cierran la puerta. Prefieren que quede bien claro que la estancia está ocupada. No lo hacen por molestar a sus familiares, pero para ellos es un momento especial y sagrado, y detestan que les interrumpan llamando a la puerta. No soportan las distracciones cuando están creando. Y es que dentro de los baños de los gnomos es donde nacen las canciones, la poesía y la magia”.
Leí lo que acababa de escribir. Apenas cinco líneas en lo alto del folio insertado en mi vieja y pesada Olivetti. Vaya mierda. Gnomos en el retrete cagando mierda de colores, eso era lo que había escrito. Menuda mariconada. No sé quién me mandó a mí meterme a escribir sobre gnomos. Bueno, sí que lo sé, vaya si lo sé. El cabrón de Salva, por supuesto, porque no hay nadie mejor que un buen amigo para meterte en los mayores líos. Pero ¿qué podía hacer yo ante un anticipo de 3000 euros y la promesa de otros 3000 a cambio de escribir un libro de fantasía para su nueva editorial? A Salva le sobraba la pasta y, por lo tanto, todos los negocios que emprendían funcionaban de puta madre. Estaba claro que su editorial de libros de magia y fantasía no iba a ser una excepción. Aunque lo de apostar por mí para su lanzamiento estrella no me parecía una buena apuesta. A mí me iba muy bien escribiendo porno de terror. Me había especializado en el género y no me iba mal con mis recopilaciones de relatos en los que vampiresas ninfómanas dejaban completamente secos a cuanto adolescente se cruzaba en su camino. O esas historias en las que hombres lobo practicaban el bestialismo con jóvenes doncellas a la luz de la luna llena.
Sí, lo sé. Basura. Pero es mi basura y se me da bien. Paga las facturas y algunos extras, no demasiados. Incluso hay un proyecto para hacer una película basada en una de mis historias, una cosa con zombies, fantasmas y animadoras. Sí, claro, pensada para el mercado americano. Me gustaría que la dirigiera Robert Rodríguez o incluso Guillermo del Toro. O, si están muy liados, algún director jovencillo también valdría. Sería una buena forma de entrar en Hollywood. Y entonces todo cambiaría. No tendría que comprometerme nunca más a escribir mierda por encargo.
Mierda sobre… gnomos. Volví a mirar lo que había escrito. No había mejorado en absoluto, por supuesto. Seguía siendo un pastel empalagoso, un pastel hecho a base de caca de colores, cagada por enanitos barbudos que llevaban gorros puntiagudos ¿Quién iba a tragarse semejante basura? Yo no, desde luego. Y ahí estaba el problema. En que no me lo creía. A ver si me explico: yo no creo que existan los hombres lobo ni las mujeres vampiro y, por supuesto, no creo que se pasen el día buscando humanos para montarse increíbles orgías con ellos, orgías en las que las capacidades sexuales de los participantes se ven multiplicadas hasta más allá de lo soñado merced a los poderes sobrenaturales de, al menos, la mitad de los participantes. No, por supuesto que no me lo creo. Pero se trata de una cuestión de verosimilitud. Puedo escribir cuentos porno de terror porque puedo encontrar en ellos cosas creíbles. El truco, en realidad, está en inspirarse en gente que uno conoce y ponerla a hacer cosas raras. Una vez que empiezas, el cuento se escribe solo. Las vampiresas, los hombres lobo, los zombies y cualquier otro personaje de los que aparece en mis relatos no son más que humanos con ciertas… manías, por así decir. Pero no dejan de ser humanos.
Sin embargo, no conozco a nadie que se parezca a un gnomo. La persona más bajita que conozco es mi amigo, y ahora editor, Salva. Pero no me lo imagino con un gorrito puntiagudo componiendo canciones en el retrete con la puerta abierta. Bueno, sí, sí me lo imagino. Eso es lo malo. Me lo imagino y me doy cuenta de que no puedo escribir sobre eso. Si sigo intentando escribir sobre gnomos solo voy a producir un montón de papel manchado que irá directo a la papelera. Lo dicho, no me lo creo. No creo en los gnomos.
- ¡Gilipollas!
Espera… ¿qué ha sido eso? Aquí no hay nadie más. ¿Me he dejado la radio puesta? ¿Habrá sido alguien en la calle? ¿Le pasa algo raro al móvil? Esto no tiene sentido. Es raro, me pareció oír una voz. Una voz cascada, grave y estridente a un tiempo, que parecía decir…
- ¡Gilipollas!
Esta vez estaba atento y en seguida moví la cabeza en dirección al origen de la voz. Mala idea. El insulto había venido de una estantería que estaba a mi derecha, sobre la mesa de trabajo. Bueno, no había venido de la estantería. Las estanterías no hablan. Ojalá hubiera hablado la estantería. No, esto era mucho peor. La voz venía de un hombre pequeño, muy pequeño, que estaba sentado al borde de la estantería, con los pies colgando cerca de mi cabeza. Un hombre vestido de verde, con un cinturón de cuero y botas negras. Un hombrecillo de mejillas sonrosadas, mirada pícara y sombrero puntiagudo. Un. Puto. Gnomo.
- ¿Quién eres tú?, pregunté.
- Yo soy Segismundo -dijo el gnomo-. Y tú eres un gilipollas.
Vale. Tranquilidad. Los gnomos no existen. Me he obsesionado porque el anticipo ha sido muy gordo, el plazo se acaba y no soy capaz de escribir más que chorradas pensando en gnomos, pero los gnomos no existen. Lo único que necesito es tranquilizarme y centrarme. Tengo oficio suficiente como para salir del apuro. Si me relajo y me concentro
- ¡Ay! ¿Qué haces?
- Te he tirado un libro a la cabeza ¿Es que tengo que explicártelo todo? Mira que eres gilipollas.
En un momento dado puedo aceptar que me insulten. Al fin y al cabo, no tengo la autoestima de un columnista de El País, así que soy consciente de mis limitaciones como ser humano. Yo mismo me las puedo tomar a broma de vez en cuando. Pero que alguien parezca pensar que mi nombre de pila es “gilipollas” me resulta un poco excesivo. Sobre todo si ese alguien es un ser que no llega al medio metro de altura, contando el gorrito puntiagudo, y que, además, no existe.
- Vale, así que te llamas Segismundo…
- ¡SOY Segismundo! Y tú eres un gilipollas.
- Estupendo. Soy un gilipollas. Lo has dicho tantas veces en tan poco tiempo que empiezo a pensar que tienes razón. ¿Qué quieres?
- Quiero que dejes de escribir historias de gnomos. No tienes ni puta idea y da vergüenza lo que estás haciendo con mi gente.
- Bueno, en realidad todavía no he escrito ninguna historia de gnomos. Llevo apenas cinco líneas y no creo que…
- No, en efecto. No crees que. Y yo tampoco “creo que”. Y nadie cree que. Así que mejor lo dejas ¿vale?
Si hay algo que no me gusta es que me amenacen. Y las palabras del minúsculo, su tono y, sobre todo, su actitud, ahora que se había puesto de pie al borde de la estantería y gesticulaba amenazador por encima de mi cabeza, como si fuera más alto que yo, todo eso, no me predisponía en absoluto para aceptar sus órdenes acerca de lo que podía o no podía escribir.
- No. No vale. Perdona, enanito inexistente, pero escribiré sobre lo que me dé la gana. Hay mucho dinero en juego y no voy a dejarlo pasar porque venga una alucinación a decirme lo que tengo que hacer.
La situación era ridícula, sin duda, pero yo ya estaba convencido a estas alturas de que todo era fruto del agotamiento mental. Había trabajado mucho durante las últimas semanas, para llegar a escribir esas cinco tristes líneas acerca de enanos en el váter cagando poemas. Habían sido cinco semanas de improductiva frustración y mi cerebro estaba a punto de fundirse. La visión del gnomo lanzándome libros a la cabeza no era más que la manera que tenía mi subconsciente de presentar su rendición, no había duda. Una rendición que no iba a aceptar. Significaría renunciar a los 3000 euros que tenía pendientes de cobro y, algo mucho peor, supondría tener que devolver los 3000 euros del anticipo que ya había gastado. Ni hablar de rendirse. Además, en todo esto podía haber el principio de una historia…
- ¡Ay! Deja de tirarme libros.
- Pues tú deja de pensar siquiera en escribir sobre gnomos. Gilipollas.
- Pero es que tengo que hacerlo. Tengo que. No puedo evitarlo.
- ¿Por qué tienes que hacerlo?
- Es un problema de dinero.
- ¿Qué es dinero?
Puto gnomo. Viene a mi casa dando órdenes y con aires de superioridad y ni siquiera sabe lo que es el dinero. Para ser un producto de mi imaginación me ha salido bastante tonto, la verdad. Espera, claro, es un gnomo. Hay que hablarle de otra forma.
- Es una cuestión de oro, Segismundo.
Los ojos del gnomo brillaron.
- ¡Oro! ¿Por qué no lo has dicho antes? Los gnomos somos expertos en oro. Somos grandes mineros ¿no lo sabías? ¿No habrá también involucradas algunas piedras preciosas? ¿Esmeraldas? ¿Topacios? ¿Diamantes?
La actitud del gnomo había cambiado por completo. Su agresividad anterior había dado paso a una codiciosa simpatía. La actitud de su cuerpo ya no era desafiante sino casi (pero solo casi) servil. De pronto parecía que quería ayudarme.
- ¡Oye! Tengo una idea -le dije-. Está claro que si alguien aquí sabe todo lo que hay que saber sobre gnomos, ese eres tú.
- No lo dudes -respondió-. Además, no soy un gnomo cualquiera. Puedo asegurarte que entre los míos soy muy respetado y que por mis conocimientos acerca de la cultura y la historia de los gnomos se podría decir que…
- Vale, vale. Perdona que te interrumpa, pero no puedo perder mucho tiempo. Mañana tengo que entregar algo a mi editor. Una historia, como mínimo, o un boceto de historia o un plan. Algo, algo con sustancia, porque si no va a hacer que le devuelva el din… el oro.
- ¡Ah, no! De eso nada. El oro no se devuelve -el gnomo parecía sorprendido hasta el borde de la furia por esta idea. Además -continuó- si te ayudo tendrás que darme la mitad de tu oro, por lo menos.
Con que se trataba de eso. A esta visión no le bastaba con venir a molestarme justo en la víspera de la fecha de entrega sino que, además, pretendía quedarse con el 50% del beneficio. Porque era una alucinación ¿verdad? Tenía que serlo. Los gnomos no existen. Y si existían, no podían ser tan molestos como este enano faltón.
- Te decía que tengo una idea -continué-. Tú puedes contarme historias de gnomos y yo puedo escribirlas. Así mis historias no serán ridículas, el honor de tu pueblo estará a salvo y yo podré ganar el oro.
- Y darme la mitad.
- Y darte la mitad -concedí, pensado que ya encontraría la forma de resolver ese problema más adelante.
- Me parece una excelente idea -dijo Segismundo. Me parece una idea tan buena que está claro que ha sido mi idea, porque un gilipollas como tú no podría tener una idea como esa.
Conté mentalmente hasta mil. Varias veces. Muy deprisa. No pasa nada. Los gnomos no existen, me dije una vez más. Esto no es más que un truco de tu cerebro para sacarte del apuro. Ahora te vas a poner delante de la máquina de escribir y vas a copiar todo lo que te diga el enanito. No serás el primer escritor de la historia al que un enano subido al hombro le dicte los cuentos. Cosas peores se han visto.
Bajó de la estantería de un salto y se tumbó sobre la mesa, recostado sobre la máquina de escribir. Y empezó a hablar. Y continuó hablando. Al principio, yo copiaba todo lo que decía, prácticamente sin pensar en lo que estaba escribiendo. La cosa marchaba. Pero al cabo de un rato, me di cuenta de que lo que el gnomo me estaba contando no tenía el menor interés. Sus historias sobre “el gran pequeño pueblo” como él lo llamaba, no eran más que cotilleos sin trascendencia. Que si Sisebuto se había enamorado de Romualda, la hija de Valeriano; que si qué risas el día que Eustaquio se había caído en una mierda de vaca; que si Crescencia no se hablaba con Ataulfa, a pesar de ser primas, porque en el baile de primavera, una de ellas, no recuerdo cuál, le había dicho a la otra que Ramiro la prefería a ella…
Era horroroso. Al cabo de una hora copiando las banalidades que salían por la boca del gnomo ya no podía más. Era como estar hablando con uno de esos parientes que vivían en el pueblo y que cuando los llamabas por teléfono, una vez al año, como mucho, continuaban con la conversación en el mismo punto en el que la habían dejado la última vez, porque la hija del primo del cuñado del alcalde había sido vista con el cuñado de la prima del hijo del farmacéutico. Era eso, era exactamente eso. El gnomo era mi tía del pueblo. Tenía que hacer algo.
- Para un momento -le dije, cuando parecía que iba a contar una nueva historia acerca del día que un grupo de amigos fue a cortar hierbas al borde del arroyo-. Creo que necesito un descanso.
- ¡Menos mal! Creía que no lo dirías nunca -respondió Segismundo-. Estoy agotado y tengo la boca seca. No me vendría mal beber algo… ¿sabes?
- ¿Vino? -aventuré.
- ¡Vino! ¡Excelente idea!
El gnomo estaba de pronto de un humor desbordante. Ya me parecía a mí que el color de sus mejillas no era producido solo por la calefacción de mi casa. Le serví pan y embutido que devoró con fruición, y saqué una botella de vino de la que dio cuenta como si fuera agua y él acabara de cruzar el desierto. Desde luego, para lo pequeño que era, comía y bebía como una persona mayor.
- Bueno, esto es otra cosa – dijo, eructando y limpiándose la boca con la manga. Ahora me vendría bien dormir un poco.
- Espera, creo que podría hacerte una cama aquí mismo, encima de la mesa. Si aparto la máquina de escribir -le dije, mientras la levantaba
- Así está bien. Los gnomos podemos dormir en cualquier sitio. Solo tengo que tumbarme aquí…
No sé qué me pasó. No sé si fue el verlo tumbado, tan pequeño e indefenso, cerrando ya sus ojos rodeados de arrugas y apretando los puñitos bajo la barba. No sé si fue el recuerdo de los insultos que me había dirigido horas antes o la idea de tener que compartir con ese ser antipático la mitad de mis ingresos. Aunque en realidad creo que hubo dos cosas que pesaron en mi actuación de forma decisiva: el hecho de que seguía sin creer del todo que fuera real y, sobre todo que, real o no, contaba unas historias de mierda.
Bueno, y que me había quedado sujetando la máquina de escribir en el aire mientras veía cómo ese ser se quedaba dormido al instante y se me estaban cansando los brazos.
Un solo golpe fue suficiente. La verdad es que reventó como si fuera real, salvo por el hecho de que tenía la sangre verde. Sangre verde, quién va a creerse algo así. Pero lo dejó todo perdido, desde luego.
Lo eché en una bolsa de basura, que reforcé con otra, porque pesaba más que un perro muerto. Lo tiré al contenedor justo un momento antes de que pasara el camión y volví a mi casa. Me serví un generoso chorro de whisky y puse un folio en la máquina de escribir. Ahora sí que tenía una historia sobre gnomos por contar.
menéame