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Estadística recupera varias letras flamencas cantadas hace ya más de medio siglo por algunos de los más grandes, como la copla de la cantiña caracolera Salen a siete mujeres que bordaban Manolo Caracol o Chano Lobato, o las alegrías de Cádiz que cantase junto a la gitana Amadora a principios de los años 70 y las referencias a la Niña de los Peines y la Bulería...
Ello se debe a que si bien Andalucía conquistó aquel día de 1980 su derecho a ser reconocida como una autonomía de primera división, equiparándose jurídicamente a Cataluña, el País Vasco y Galicia, el Estatuto consensuado luego por UCD, PSOE, PCE y PSA-PA careció de competencias para las transformaciones necesarias y nunca los sucesivos gobiernos de la Junta, siempre del mismo partido, quisieron que Andalucía jugara en la división a la que tenía derecho -la de las nacionalidades- sino en la inferior -la de las regiones-.
¿Dónde dice lo de prohibir nada? ¿Dónde pide someter la Semana Santa a un referéndum como alguien ha dicho que dijo? Por otra parte, a cuantos fueron a pescar a ese Pisuerga habría que recordarles que todos los años se celebran en Sevilla decenas de referéndums para decidir si hay Semana Santa. ¿O qué son si no los cabildos de salida que ahora se convocan? Que eso no lo sepa Begoña Gutiérrez, que no tiene ni idea de cofradías, es normal, pero que también lo ignoren los iracundos capillitas que ayer la vistieron de limpio llama más la atención.
Comprobamos con absoluto estupor el “Caso Ojeda”, un publicista-periodista que valiéndose de un videoblog y de sus habilidades virales, logra un buen pellizco proveniente de las arcas públicas de Jerez. Ojeda recibió más dinero él solito que medios como Diario de Jerez, Onda Cero o Radio Popular.
65 años después el discurso de Rupert no ha perdido vigencia. Podemos ver como surge el exceso de poder cuando tras la creación de nuevas organizaciones incontestables en sus planteamientos y sin pasado, los egos provocan el uso de trucos propios de burócratas con la única finalidad de monopolizar el poder provocando la creación de redes clientelares donde la amplia mayoría de los cargos internos, bien o mal elegidos, le deben su existencia a la visibilidad que les facilita el gran líder.
Estadística recupera varias letras flamencas cantadas hace ya más de medio siglo por algunos de los más grandes, como la copla de la cantiña caracolera Salen a siete mujeres que bordaban Manolo Caracol o Chano Lobato, o las alegrías de Cádiz que cantase junto a la gitana Amadora a principios de los años 70 y las referencias a la Niña de los Peines y la Bulería...
Ello se debe a que si bien Andalucía conquistó aquel día de 1980 su derecho a ser reconocida como una autonomía de primera división, equiparándose jurídicamente a Cataluña, el País Vasco y Galicia, el Estatuto consensuado luego por UCD, PSOE, PCE y PSA-PA careció de competencias para las transformaciones necesarias y nunca los sucesivos gobiernos de la Junta, siempre del mismo partido, quisieron que Andalucía jugara en la división a la que tenía derecho -la de las nacionalidades- sino en la inferior -la de las regiones-.
¿Dónde dice lo de prohibir nada? ¿Dónde pide someter la Semana Santa a un referéndum como alguien ha dicho que dijo? Por otra parte, a cuantos fueron a pescar a ese Pisuerga habría que recordarles que todos los años se celebran en Sevilla decenas de referéndums para decidir si hay Semana Santa. ¿O qué son si no los cabildos de salida que ahora se convocan? Que eso no lo sepa Begoña Gutiérrez, que no tiene ni idea de cofradías, es normal, pero que también lo ignoren los iracundos capillitas que ayer la vistieron de limpio llama más la atención.
Comprobamos con absoluto estupor el “Caso Ojeda”, un publicista-periodista que valiéndose de un videoblog y de sus habilidades virales, logra un buen pellizco proveniente de las arcas públicas de Jerez. Ojeda recibió más dinero él solito que medios como Diario de Jerez, Onda Cero o Radio Popular.
65 años después el discurso de Rupert no ha perdido vigencia. Podemos ver como surge el exceso de poder cuando tras la creación de nuevas organizaciones incontestables en sus planteamientos y sin pasado, los egos provocan el uso de trucos propios de burócratas con la única finalidad de monopolizar el poder provocando la creación de redes clientelares donde la amplia mayoría de los cargos internos, bien o mal elegidos, le deben su existencia a la visibilidad que les facilita el gran líder.