Buena parte de los internautas creyeron hace un par de meses que el mundo youtuber había tocado fondo cuando encontramos a un adolescente dándole de comer pasta de dientes a un mendigo a modo de broma para su canal. Pero una lección que deberíamos aprender es que siempre podemos encontrar niveles aún más bajos de infamia humana.
Comentarios
Los despreciables son los espectadores de estas mierdas. Lamentablemente el artículo solo aporta al fenómeno.
El titular es claramente imparcial y no anima a la polémica para nada...