En el quiosco de Francisco Macía solo caben él, un cliente y un tema de conversación, a menudo de política; y apretados. Mide 3,885 metros cuadrados, aunque si descontamos las estanterías, el mostrador, la silla, un taburete y todos los periódicos y revistas, queda el sitio necesario para meter la mano en el bolsillo, sacar el dinero y pagar, sin aspavientos. El sitio demanda los gestos precisos, ni uno más.
Comentarios
La gente de bart
Gran artículo.