Cada momento de la vida requiere una música distinta, que sirva de acicate o complemente a nuestro ánimo y al de los que participan de nuestros actos.
Hay música para el amor y música para la guerra. Hay música para la reflexión y música, incluso, para los negocios.
Lo trágico de Anna era que amaba la música ideal para pedir limosna.
Cuentos de la Mala Strana. Jan Neruda
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Ahora triunfa el no saber cantar, también conocido como autotune o autoajuste.
Salu2