María del Rosario de la Calzada González, tía María, fue la tercera de los hijos de mis abuelos maternos y parece que un día dijo: ¡Ya no aro más! Aro de arar la tierra. Frase concisa y rotunda que seguro era el trasunto de una larga reflexión y que materializaba una decisión que no tenía vuelta atrás. Era la expresión de su voluntad firme de buscar un rumbo nuevo para aquella extensa familia que aun trabajando de sol a sol estaba condenada a vivir con estrecheces.
Comentarios
¡Menudo carácter el de la tía María! Y menudo acierto
Interesante historia y seguramente, salvando las diferencias, parecida a la de los padres y abuelos de muchos.
¿Fue un error dejar el campo? Hombre, en aquella época el campo no tenia a lo mejor luz ni agua, la educación era básica y deficiente y no había opciones de hacer nada más que arar. Teniendo en cuenta que así habían vivido durante siglos nada presagiaba que las cosas fueran a cambiar a corto plazo y menos en la dictadura.
Claro que ahora las casas de campo son una cosa muy distinta, tienen todas las comodidades de un piso en la ciudad y un terreno propio alrededor. Y si falta algún lujo tenemos coche para ir a buscarlo. Así es normal que un trabajador precario y explotado le haga ojitos a dejarlo todo e irse al campo.