Hace 2 años | Por Andaui a lavanguardia.com
Publicado hace 2 años por Andaui a lavanguardia.com

El general y comandante general de Melilla Manuel Fernández Silvestre confiaba en su buena estrella y cuando esta le abandonó, en la madrugada agónica del 22 de julio, se pegó un tiro o se lo dejó pegar porque permaneció en el campamento de Annual cuando ya había ordenado una retirada imposible. Nunca pudo cumplir la supuesta promesa hecha a Alfonso XIII de tomar Alhucemas.