Creo que el cambio más trascendental de nuestra época consistió en el tránsito de una economía de mercado a una sociedad de mercado. Todo es susceptible de venderse porque todo tiene un precio de compra. Y no es la economía... ¡idiota!, sino la información, las relaciones humanas, la privacidad, el chantaje, la política. Sobre todo la política, esa fuente inagotable de negocios. Un partido y un banco están metidos en el fango hasta las cachas y, como el volumen de ambos es grande, el estiércol que desplazan llega a demasiadas narices
Comentarios
Ahora el discurso no es si Marxismo o capitalismo, aunque se le da un aire.
Es si las empresas controlan la política o la política controla a las empresas.
El problema es que los partidos funcionan como brazos armados al servicio de las empresas y viceversa.
En todo eso los ciudadanos somos meros espectadores.
Y la democracia se ha degradado por el camino hasta el punto de que no la distingo de una oligocracia.
Al final tengo la sensación de que votamos como masa lo que ellos quieren que votemos.
Es curioso como un palmero del poder, de la caña a uno de sus ìdolos históricos.