“Hasta que no sepas por qué la gente compra cosas, no venderás nada” dijo una vez Hugh Finnery. Y hubo una mujer que ya practicaba ese aforismo a caballo entre los siglos XIX y XX, cuando vendía a los londinenses el que probablemente haya sido el producto más insólito de la Historia: el tiempo.
Comentarios
vendía tanto tiempo, que le faltó... y se murió
¿Y qué producto es el que vende cada trabajador a su empresario? Tiempo.
El salario que se cobra es a cambio del tiempo del trabajador. Siempre ha sido así.