Una crónica gastronómica que explica la sensación que en muchas personas dejan los restaurantes modernos. Para desarrollar el tema aparecen tres voces (el narrador y dos personajes contradictorios) que hacen la crítica de un establecimiento con una estrella Michelín.
Comentarios
Un restaurante donde no se puedan comer unos huevos fritos con patatas fritas y chorizo es una puta mierda. He dicho.
Se pueden comer convenientemente caramelizados y liofilizados.
#2 Eso, además, es otra puta mierda mayor.