Hace 15 años | Por --49522-- a aftenposten.no
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Los restos del crucero de guerra ruso Murmansk, encallado en la costa de Noruega cuando era remolcado a la India en 1994 para ser desguazado, fueron considerados seguros y libres de radiactividad por los inspectores del gobierno. Sin embargo ahora resulta que los equipos electrónicos del barco hacen reaccionar a los contadores Geiger. Traducción en el primer comentario.

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Traducción libre

El Murmansk, un viejo crucero de guerra ruso que estaba siendo remolcado desde Rusia a la India para ser desguazado, terminó encallado entre las rocas frente a la diminuta aldea de Sørvær, en la región noruega de Finnmark, cuando en la Nochebuena de 1994 se rompieron las amarras que le unían a los remolcadores.

Los responsables de los organismos de seguridad y medio ambiente, que en su día inspeccionaron los restos del buque naufragado, afirmaron que eran seguros y que estaban libres de radiactividad. Sin embargo, cuando tiempo después comprobaron si los equipos sacados del buque podían ser reciclados, algunos de ellos resultaron ser radiactivos. «Tenemos una tolerancia cero con la radiactividad», afirmó Trond Lore, uno de los directivos de Eurovironment, empresa que recicla equipos electrónicos.

Las autoridades gubernamentales noruegas consideran sin embargo el asunto como un "evento menor". «Se inspeccionaron los equipos y han dado lecturas relativamente bajas. Sin embargo, son lo suficientemente fuertes como para recomendar a la gente que evite entrar en contacto directo con el material», afirmó Ole Reistad, de la Autoridad Noruega de Protección contra Radiaciones.

Olaf Braastad, portavoz de la influyente organización medioambiental Bellona, considera el asunto como un escándalo medioambiental. «No sólo se trata de que los restos del crucero, que se encuentra en medio de un paraíso turístico, estén lleno de sustancias químicas peligrosas para el medio ambiente, es que ahora también contiene material radiactivo» dijo al diario Aftenposten.