Tiene una carrera profesional consolidada, ha trabajado durante años en su empresa y su puesto aparentemente no peligra, pero un día, sin previo aviso, le ofrecen amablemente dejar su empleo. Está a punto de engrosar el colectivo en el que ya resulta mayor para seguir con su empleo y demasiado joven para dejarlo: los prejubilados. Todavía pueden aportar mucho a la sociedad y cada vez son más conscientes de ello. El asociacionismo y el voluntariado de los mayores de 50 años se extienden entre quienes buscan un nuevo hueco en la sociedad.
Comentarios
Falta de visión de todos los involucrados: hace tiempo escuché a una persona de 70 años que ofrecía enseñar su especialidad. La educación puede hacer milagros en estos tiempos...
Vivo en una zona con una tasa de prejubilados altísima, una lástima que por aquí no se fomenten actividades sociales, culturales, voluntariado... De momento los bares han triunfado.