Hace 7 años | Por milnovecientos a revistanada.com
Publicado hace 7 años por milnovecientos a revistanada.com

Poco después de celebrarse el juicio al nazi Eichmann en Jerusalén (al que asistió como corresponsal de prensa Hannah Arendt) Milgram empezó a preguntarse cómo era posible que personas normales hubieran permitido e incluso colaborado y participado en el Holocausto. “¿Son todos cómplices?” o bien, como decía el propio Eichmann en su juicio, “¿sólo se limitaran a cumplir órdenes?”.

Comentarios

Peka

Esa pregunta te la puedes hacer a menor escala también en prácticamente cualquier sitio.

robustiano

Temed a las personas normales.

Ahí le han dado; fijo que los psicópatas de turno se hacen pasar por buenos vecinos, para comerte los higadillos a la que te descuides...

p

No eran normales, eran unos pocos hijoputas al mando de muchos desgraciados.