Además hay que tener en cuenta que cuando freímos las patatas en casa no estamos llevando a cabo prácticamente ninguna de las estrategias sugeridas para minimizar la producción de acrilamida, por lo que unas patatas fritas (o incluso horneadas) en casa superarán con creces los niveles de acrilamida de las patatas fritas de bolsa.
Mi reflexión ante todo esto es que es ridículo alarmarse por la presencia de acrilamida en las patatas fritas de bolsa, y en cambio freír alegremente las patatas en casa, pensando que al ser «patatas caseras» serán más seguras que las «patatas industriales». Tener la convicción de que todo «lo industrial» es peor para la salud que «lo casero» es tan prejuicioso y falto de sentido como afirmar lo contrario por sistema.
Comentarios
Si, todo esto del cáncer en la comida debe ser como lo de los cigarrillos, que al principio decian que daba cáncer y ahora todo el mundo fuma.
¿Patatas fritas sin cáncer? Eso es como la cerveza sin alcohol.
#3
Además hay que tener en cuenta que cuando freímos las patatas en casa no estamos llevando a cabo prácticamente ninguna de las estrategias sugeridas para minimizar la producción de acrilamida, por lo que unas patatas fritas (o incluso horneadas) en casa superarán con creces los niveles de acrilamida de las patatas fritas de bolsa.
Mi reflexión ante todo esto es que es ridículo alarmarse por la presencia de acrilamida en las patatas fritas de bolsa, y en cambio freír alegremente las patatas en casa, pensando que al ser «patatas caseras» serán más seguras que las «patatas industriales». Tener la convicción de que todo «lo industrial» es peor para la salud que «lo casero» es tan prejuicioso y falto de sentido como afirmar lo contrario por sistema.