El 11 de junio de 2015, Carlos de Felipe dormía en un cajero bancario en desuso de la calle Franchy y Roca, en Las Palmas de Gran Canaria, ciudad a la que se había trasladado seis años antes. Eran aproximadamente las 4.30 horas cuando la coincidencia hizo que Pedro Bolaños Manzano, Óscar Montesdeoca Santana y Aarón Domínguez Abreu, tres jóvenes de 25, 21 y 32 años respectivamente, se tropezaran con el pintor mendigo -como conocían cariñosamente los vecinos de la zona a Carlos-.
Comentarios
Niñatos de bien que se salvan de una condena por homicidio.
Que país.
#2 Por desgracia no son niñatos, que son ya mayorcitos. Son unos hijos de la gran puta, con todas las letras.
#0 AEDE.
#1