Hace 3 años | Por ContinuumST
Publicado hace 3 años por ContinuumST

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Kamillerix

Groucho siempre genial...
Aquello del invitado que siempre llega pronto "...antes de que hayas podido cambiar el whisky bueno de botella..." lo he visto en directo, se podía ver en la manera de mirar del anfitrión cuando servía la copa.

ContinuumST

#1 "Resulta prudente mantenerse alejado del bar en los primeros momentos, no tanto por delicadeza, como por el hecho de que, al principio, allí se sirven licores baratos destinados a los invitados.
La experiencia me ha demostrado que sacrificando un dólar o dos en beneficio del mayordomo, éste nos proporcionará la bebida que consume él mismo (y el anfitrión, claro está)." (Texto extraído del mismo libro.)
lol

Delapluma

(Del mismo libro):

Existe la mujer madura, tipo bruja (que suele ser la esposa del tipo que se presentó con una hora de anticipación) y que se presenta cuando todos están a punto de pasar al comedor.

—Un momento, chicos (ella llama "chico" a todo el mundo, con total desprecio del sexo, sin duda porque no está segura de a cuál pertenece), ¿no me vais a permitir que tome un trago?

El anfitrión, solícito, le pregunta:

—¿Whisky o Martini?

—Ya sabe que esas cosas me sientan mal, ¿por qué no me prepara un bombercini especial?

El anfitrión se siente más bien tentado a ofrecerle un cóctel de salfumán, pero, fiel a los deberes de la hospitalidad, le sugiere:

—¿Por qué no toma un poco de vodka?

—¡No me diga que no sabe preparar un bombercini especial! — dice la bruja mientras nos mira con lástima —. Seguramente, no alterna usted mucho. Debe vivir completamente aislado (el anfitrión piensa que quizá fuera mejor). La gente distinguida no bebe más que bombercinis. Rubirosa trajo la fórmula de la Argentina y se bebe exactamente igual que si fuera leche. Anoche me tomé tres y tuve unos sueños de lo más excitantes, ¡soñé con Paul Anka!

Pero, cuando se dispone a explicar el sueño con pelos y detalles, el anfitrión le dice pacientemente, con una sonrisa como la de la Mona Lisa:

—Si me dice cómo se hace, le prepararé uno.

—Pues se compone de una parte de whisky escocés, un chorrito de ron, un tercio de granadina, unas gotas de angostura y diez gotas de crema.

El anfitrión replica:

—¿Y no llevará también una trufa y una aceituna rellena?

—Si es demasiada molestia — contesta acremente — me lo prepararé yo misma.

Sin esperar reacción alguna, se mete en la cocina, abre la nevera, se lía a gritos con la cocinera y desbarata enteramente todos los preparativos de la cena.

(Compré ese libro de segunda mano en la Cuesta de Moyano y me lo acabé en una tarde. ¡Qué manera de reír!)