Osborn mostró su interés por los negocios desde pequeño y siendo apenas un niño tenía pequeños proyectos, como recoger bayas silvestres, organizar espectáculos de magia o puestos de limonada con el fin de ganar dinero. Unos años después alguien le comentó la idea de recoger los excrementos de las mascotas a cambio de una tarifa semanal y, aunque en principio le resultó una idea cómica, cuanto más pensaba sobre ello más sentido le encontraba. Comenzó a investigar sobre el posible mercado que tendría el negocio y fue consciente de que era...
Comentarios
"Tras diez años vendió la empresa por alrededor de 250.000 euros".
Hombre, no está mal, pero tampoco es para decir que se hizo rico.
Y hasta en el artículo dicen que se hizo millonario. Más sensacionalista no puede ser.