Un misterioso inversor relacionado con un antiguo agente de la Policía Secreta kazaja, acusado de asesinato, torturas y blanqueo de dinero, se ha hecho con un buen número de inmuebles de lujo en Baker Street, una importante calle comercial de Londres en la que el escritor Arthur Conan Doyle ubicó el ficticio domicilio del celebérrimo detective Sherlock Holmes.
Comentarios
Elemental querido Watson
Advierto en todo esto la todopoderosa mano de Moriarty...